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28.

La tarde se me fue entre los brazos de Yoongi, su perfume masculino y su voz ronca soltando suspiros entre sueños de vez en cuando.

Luego de terminar nuestra sesión de jugueteos, besos y conversaciones estúpidas él se quedó profundamente dormido, como un bebé recién nacido. Yo le secundé, sin embargo el vibrar de mi móvil dentro de la mochililla al costado de la cama (que seguía ahí desde la noche anterior) me despertó casi de golpe.

Di un salto fuera del colchón sólo con la ropa interior puesta para aproximarme y callarlo lo más rápido que pude, sintiendo un escalofrío cuando vi el nombre de Namjoon en la pantalla. Sonreí mordiéndome el labio y me alejé de ahí para hablar tranquila sin despertar a Yoongi, yéndome a sentar en su silla giratoria con suma delicadeza antes de deslizar hacia el botoncillo verde que marcaba "responder".

—¿Hola? —contesté por lo bajo apenas temblorosa. Llegué a considerar salir de la habitación, sin embargo tendría que vestirme para ello y no tenía tiempo suficiente para hacerlo sin que Namjoon cortase la llamada.

—¡Hey, Seori! ¿Cómo te va? —escuché su voz suave y ronca al otro lado de la línea, arrancándome una sonrisa más amplia ante su evidente alegría—. Disculpa que he llamado sin avisar. ¿Estabas ocupada?

—Oh no, no, para nada. Me pillas bastante libre.

—Buf, menos mal —le percibí alejarse de la bocina y contestar como si alguien le hubiese llamado, pero en cuestión de un segundo volvió a hablar conmigo—. Perdona, estoy todavía en el estudio revisando detalles finales del mixtape que te mencioné el otro día.

—Tranquilo —sonreí a pensar de que sabía que no me estaba mirando—. ¿Mucho trabajo?

—Algo, pero lo he estado llevando bien —carraspeó antes de continuar—. De hecho por eso te llamo. Nos ha llegado información de un evento dentro de tres semanas en Ilsan y me gustaría que nos viéramos a ver si decidimos trabajar juntos para ese entonces. ¿Crees que puedas venir en estos días al estudio? ¿Tienes tiempo?

Me mordí el labio y a pesar de eso no fui capaz de retener la enorme sonrisa que se formó en mi rostro, provocándome incluso una risita que esperaba Namjoon no hubiese escuchado o me moriría de vergüenza.

—Sí tengo tiempo —solté animada, olvidándome por un momento de hablar bajo—. ¿Qué día?

—¿Mañana sábado por la tarde te parece bien?

—Claro. ¿A qué hora?

—¿Qué tal a las dos? Si te apetece quedarte a probar el equipo podemos pedir algo y comer acá —Namjoon pausó cortamente, chasqueando la lengua al final como si se hubiese dado cuenta de que acababa de decir una barbaridad—. Si no te incomoda, claro. Yo estoy aquí como loco haciendo planes y no sé si te parezca raro.

—Está bien, no me incomoda —le tranquilicé, sonriendo de medio lado al percatarme, con esas pequeñas acciones, de que era un poco ansioso—. ¿Te parece si me envías la dirección por Kakao? Estaré ahí mañana a las dos.

—Si te incomoda llegar directamente aquí podemos vernos en otro lugar público antes. Entiendo si llegas a sentirte en desconfianza dadas las circunstancias, Seori.

—Creo que si fueras un violador, acosador o algo por el estilo hubieses aprovechado para enredarte conmigo el día de la fiesta que se notaba de sobra que estaba borracha —murmuré a lo que él respondió con otra risa corta—. De verdad no hay problema, Kim Namjoon.

—Vale —finalizó, pareciendo levemente apenado ante su insistencia—. Te enviaré la ubicación, ¿de acuerdo? Si tienes problema para llegar avísame y puedo buscar la manera de pasar por ti a un punto más céntrico.