issue

158 18 2
                                    

Que rápido pasaba el tiempo, o más bien que lento.

Nunca llegaré a comprender la forma en que trabaja la mente de un ser humano.

Hacia meses que parto de tu lado, y estaba bien, demasiado bien conmigo misma. Quererte ya no dolía, extrañarte ya no quemaba, y amarte... ya no lo sentía.

Conocí a alguien, Fionna, una chica alegre que me hacía olvidar al mundo entero cuando estaba a su lado, conocí nuevas personas que me hicieron bien, un mundo nuevo que me hacía sentir viva.

Conocí el cariño más puro al lado de aquella pelirubia que me hacía volar tanto que incluso dudaba estar pisando el piso algunas veces.

Todo estaba bien, yo estaba bien.

O lo estaba hasta que llegaste.

Fue inesperado, la ciudad era grande, no muchos sabían de mi paradero, y sin embargo ti llegaste directo a mi hogar como si supieras todo acerca de mi.

Fue sorprendente.

Fue caótico.

Y para mi propio alivio ya no sentía dolor al verte.

Te veías fatal, cansada, demacrada, y las ojeras azules bajo tus ojos opacos no pasaban desapercibidas por mi. No espere tu abrazo, ni mucho menos tu llanto. Pero consolarte siempre se me dio bien.

Charlamos, pediste disculpas por nuestra pelea antes de marcharme una y otra vez, reímos y Lucía bastante animada, me seguías pareciendo hermosa. Y me aliviada que mi pecho ya no se sintiera a punto de explotar con tu presencia.

Toda esa tarde la pasamos juntas tranquilamente. Pero el presentimiento de que esa paz acabaría muy pronto no me dejaba de atormentar.

Al día siguiente temprano por la mañana, el timbre sonó, y Fionna estaba allí brillante como siempre esperando por mi, con su sonrisa radiante y su personalidad vivaracja que volvía mi estima un nido de mariposas.

Por primera vez se atrevió a darme un beso en la comisura de los labios, nos mirábamos con cariño, con complicidad, sin movernos, sin acelerar lo que poco a poco crecía en nosotras de una hermosa forma.

Entonces llegaste tu, saludandola amigable, charlando. Tomaste mi mano al presentarte, yo no lo entendí muy bien en principio, me abrazarte cariñosamente con la mirada de Fionna fija en nosotras.

Me quedé sin palabras cuando dijiste ser mi novia.

Mi respiración se cortó cuando me besaste.

Todo en mi se rompió al escucharla llorar y verla salir envuelta en lágrimas.

Ese día, te odie cono jamás pensé que podría hacerlo, Bonnie. Porque lo habías hecho de nuevo.

don't let me go [Bubbline]Where stories live. Discover now