En su sueño, flotaba en un mar de olas suaves.
-Pero que… ¡Zayn!
Los ojos de Zayn se abrieron se golpe, con adrenalina corriendo a través de su sistema. Estaba cara a cara con Liam, y al principio no pudo registrar lo que lo había despertado. Liam respiraba lenta y profundamente, con los ojos cerrados y los brazos apretados alrededor de Zayn. La luz de la mañana le bañaba la cara con un resplandor cálido. Estaba dormido. Un escalofrío floreció dentro de su pecho y comenzó a esparcirse.
-¡Zayn!- la voz de su padre vociferó desde algún lugar cercano. Muy, muy cerca.
A su lado, Liam se sacudió y sus ojos aletearon. Levantó una mano para acariciar su cara.
-¿Qué pasa?- preguntó, con su voz adormilada.
-¡Levántense! ¡Levántense! ¡Ustedes dos! ¡Ahora!
Liam se sentó, parpadeando medio dormido y todavía desorientado.
Zayn se levantó a su lado.
-Papá,- dijo,- espera.- Junto a él Liam se puso rígido y se volvió para mirar al padre de Zayn flotando en el marco de la puerta.- Papá, por favor,- continuó Zayn. Sin pensarlo puso una mano sobre el muslo de Liam.
Los ojos de su padre se abrieron más y su cara se puso roja. Apuntó un dedo hacia Liam.
-¡Tienes cinco minutos! ¡Cinco! ¡Para largarte de mí casa! ¿Me has entendido?
Liam, aunque muy pálido, no se movió ante la amenaza.
-Sí, señor.
Zayn se desenredó de las sábanas y comenzó a levantarse.
-Papá…
Su padre retrocedió.
-¡Ponte algo de ropa!- Se dio la vuelta y se fue.
Liam se sentó en el borde de la cama y bajó su cara entre sus manos.
-Mierda,- susurró.- Mierda, mierda, mierda.
Zayn realmente no tenía nada que agregar.
Aturdido, recogió unos pantalones y una camisa, se sentó al lado de Liam y se los pasó.
-Ten. Llévate mis pantalones. Me van grandes y creo que te quedan.
-Debí haberme ido.- Liam tomó la ropa, pero no hizo ningún movimientos para ponérsela.
Zayn negó con la cabeza y apoyó su frente sobre el hombro de Liam.