Capítulo 2

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Antes de ir por Christopher, tuve que hacer algunas cosas.

Vaya qué caro me salió estar detenido, requisaron todas mis cosas, mis autos, mis cuentas bancarias y hasta unas propiedades que tenía, tanto esfuerzo para nada.

Pero las personas como yo siempre tenemos nuestro as bajo la manga y al menos yo con las manos vacías no me quedaría.

Tuve que tomar un taxi ¿Erick Brian Colón en taxi? Sí, pero eso sería solo por hoy, volvería a mi vida de antes o quizás a una mejor.

No sabía si este chico estaba en su casa, no quería recurrir a romper su ventana nuevamente para entrar.

- Más vale que estés - toqué la puerta. Escuché ruidos así que supuse que sí estaba.

Lo miré esperando a que me salude, pero estaba tieso y con la boca abierta ¿me veía feo acaso?

- ¿E-Erick?

- Creo que soy yo - dije al verlo temblar y ¿llorando?

- N-no ¡tú estás muerto!

- ¿Yo? Pero si estoy aquí.

- No puede ser cierto.

- ¿Christopher? - toqué su brazo y estaba temblando mucho.

- ¿Eres tú? ¡Estás vivo! - me abrazó llorando como nunca.

Lo abracé ya que no sabía que más hacer - oye tranquilo.

Traté de meterlo a la casa sin que caiga, no sé que demonios tenía pero se veía mal.

- Me dijeron que estabas muerto.

- Yerba mala nunca muere - recordé ese famoso dicho - ¿Quién te dijo esa estupidez?

- Zabdiel - hizo una pausa - ¿Por qué me mintió?

- Ya lo voy a buscar no te preocupes ¿Más calmado?

- LLEVO DOS MALDITOS AÑOS LLORÁNDOTE - este que se creía gritándome.

- ¿Y que culpa tengo yo? Ni yo sabía que estaba muerto - me acerqué a él y me puse en cuclillas - no pensé que alguien me extrañaría tanto.

- No sabes cuánto lo hice.

- Gracias y ya no llores que no me gusta que lo hagas- reímos - le partiré la cara a tu amigo y quizás arreglaré una que otra cuenta pendiente.

- ¡Erick!

- Tengo que contarte muchas cosas que pasaron, entenderás mi rencor.

Esperaba a que me pregunte al menos porqué, pero se acercó besándome. No quería seguirle el beso pero debo admitir que me dio lástima verlo así, mi primera obra de caridad con Christopher.

- Sigues igual de llorón - sequé sus mejillas húmedas - vengo por ti.

- ¿Por mi? ¿Para qué?

- Quiero que me acompañes, necesito un auto urgente - me senté a su lado.

- ¿Qué? ¿Pero no me vas a contar que pasó?

- Lo hago en el camino, por cierto requisaron tu auto cuando me detuvieron.

- No era mio, era de la institución - sacó unas llaves - el mío está afuera.

Se las quité de inmediato - vamos entonces.

- No puedo, vendrá Zabdiel por unos papeles.

Al parecer el destino quería juntarnos, ya quería ver su cara cuando me vea aquí con su querido amigo.

- Te espero entonces, hay muchas cosas por hacer y mi hombre me tiene que acompañar ¿verdad? - su cara de felicidad al escuchar eso era bastante agradable de ver, aumentaba mi ego de una manera inexplicable.

Seguía igual desde la última vez que lo ví, antes de que esa bala diera en mi.

Nuestra Lucha - Chriserick (Segunda Parte)Where stories live. Discover now