Capítulo 12: La hora del cierre

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– El Doctor jamás fue capaz de cuidar a James por una hora. Espero que tú sí se lo puedas demostrar.

Le sigo dando de comer hasta que Storm pega la cuchara con su mano, en señal de protesta. Me dice con sus balbuceos que no le gusta ese sabor de la papilla. Veo que es de calabaza.

– Oye, yo no escogí el sabor- le digo molesta-. A mí tampoco me gusta la calabaza, ¿pero qué podemos hacer? Aparte, si quieres ser el gran señor de todo lo oscuro, debes de comerte tus papillas- Storm da unos balbuceos de inconformidad sobre lo que estaba haciendo, para después aceptar-. Sabía que entenderías.

El Doctor me llama para irnos, después de todo veníamos rápido. Nos despedimos de los dos, porque solo veníamos a una rápida visita. Caminamos hasta que veo un periódico. Tengo curiosidad de que día nos encontramos. Extiendo el periódico para darme cuenta que ya había pasado varios meses desde que dejamos a Amy y Rory.

– Dame eso- el Doctor me arrebata el periódico.

– Oye, Abigail préstame el periódico quiero ver algo- empiezo a decir sarcásticame-. ¿Me lo podrías prestar? Claro que si, Doctor. Ya sabes que lo puedes hacer.

– Mira esto- doy un suspiro de resignación al ver que me ignoro-. Hay gente que está desapareciendo en una plaza. Debe de haber algo interesante ahí.

– ¿Qué es lo que sugieres?- me le quedo viendo, esperando su respuesta.

– Investigar, como yo solo sé hacerlo.

– ¿Pero no deberías de esperar hasta que amanezca? Digo, ninguno de los dos trae su destornillador sónico.

– O podemos adelantarnos en la TARDIS.

– Mejor vayamos a esperar. Mientras podemos jugar Monopoly o Jenga en lo que amanece.

Los dos entramos a la TARDIS. Voy a la sal de juegos para poder sacar el Jenga. Llego a la consola para acomodarlo. Nos sentamos en el piso para poder jugar. Nos entretenemos un gran rato hasta que se me cae la torre haciendo que el Doctor hiciera gestos de victoria.

– Hacia mucho que no te ganaba- comenta divertido el Doctor.

– Corrección- me levanto de mi lugar-. En mi defensa puedo decir que quedaban pocas piezas, siendo inevitable su derrumbamiento.

– Es hora de irnos.

Los dos nos levantamos rápidamente para salir. Era un día soleado, con pocas probabilidades de lluvia. Llegamos a una tienda departamental, en donde, casualmente estaban pidiendo un trabajador.

– Tenemos que decidir quién se queda con la vacante- le digo al Doctor.

– Yo, siento que es muy emocionante- comenta el Doctor como si fuera un niño pequeño.

– No se discute más.

Vamos a un café internet, para poder hacer un currículum del Doctor. Por supuesto que le pusimos el nombre de John Smith, así como muchas cosas que no ha hecho, pero es creíble para los humanos.

– Creo que esto será más que suficiente- le digo revisando.

– Siento que le falta cosas- yo lo veo, no esperaba que dijera eso.

– Si, ponemos más cosas de lo debido no te contrataran.

Vamos rápidamente a la tienda departamental. El Doctor entra a la oficina, mientras yo me quedo viendo la ropa, esperando algo que me gustara, pero no había absolutamente nada. Sigo viendo más ropa hasta que veo que el Doctor sale. Levanto mi mano para llamar su atención, haciendo que se acercara a donde estuviera.

Doctor Who (VI) : When a Good Man Goes to WarWhere stories live. Discover now