A La Orilla del Lago

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A La Orilla del Lago

Draco sorprendido la estrecho más entre sus brazos y lleno su rostro de múltiples besos, su corazón latía con mayor fuerza esperanzado, sentía la adrenalina fluir por su cuerpo y la sangre arremolinarse en sus mejillas, ella era consciente de sus caricias, Hermione intentaba salir de su letargo.

Sonriente acomodaba su cabello, sin queras soltarla, sin poder hacerlo, una llama se encendió en su pecho al ver como el rostro antes pálido de Hermione estaba rebosante, y coloreado en sus mejillas.

-¡Por Merlín! -Exclamo fascinado observando el tenue color de su rostro que permanecía sereno, pero se mostraba más vivo, mas lleno de vitalidad. -   ¡Oh amor, despierta! no me tortures mas. -Le decía mientras se aferraba a su cuerpo inmóvil.

Draco siempre pensó que Hermione le escuchaba, pero jamás estuvo tan convencido y tan lleno de dicha al comprobarlo. Sintiendo su corazón desbocado se aferro a los labios de Hermione con necesidad. Saboreó su boca, su calidez, su aliento salir por sus labios entre abierta, era la gloria.

Sin pensarlo se enderezo con cuidado de la cama, tenía que hacerla reaccionar, estaba tan cerca de lograrlo. Le coloco la bata sobre el camisón con delicadeza y la cargo en sus brazos, y tomando su varita desapareciendo del lugar.

Draco tenía en mente un lugar muy especial para ambos. Hermione tenía que despertar.

Se apareció muy cerca del castillo y entro con paso firme, alumbrado solo por la luz de luna que se presentaba majestuosa en un manto de estrellas.

Hermione era ligera, sin ningún esfuerzo la llevaba cargada entre sus brazos, ni siquiera perdió tiempo en cambiarla de ropa, seguía solo con su camisón largo rosado y sobre este una vaporosa bata que se movía un poco con el viento.

No hacia frio la primavera había llegado a Howard, solo silbaba un fresco viento que les daba la bienvenida.

Por fin llegó, Draco suspiro al encontrarse de nuevo ahí. Frente a ellos se extendía en plenitud el lago negro.

-Hermione estamos de nuevo aquí juntos, abre tus ojos, ve por ti misma la gloria del castillo que se aprecia desde aquí. -Dijo girando un poco para ver erguido ante ellos el imponente castillo de piedra, con sus altas torres. -Abre tus parpados, que quiero ver la luz en tus ojos, amor quiero que vuelvas a mí.

El rubio con cuidado se sentó bajo su árbol y acomodo a Hermione entre sus piernas, abrazándola con fuerza, tomo su barbilla para ver su rostro y posar sus labios sobre los suyos.

-Aquí  es  donde tantas noches estuvimos juntos, donde me empecé a enamorar de ti, aquí es nuestro lugar especial Hermione donde confesamos nuestros miedos, donde firmemente sostenía tu mano como ahora. El anillo que llevas es tu mano es la prueba de nuestra promesa, amor despierta, se que te pido mucho, pero me siento incapaz de seguir sin ti, esta angustia me está matando, por favor regresa, regálame una vez más esa mirada que tanto amo, llena mis oídos con tu voz, hazme estremecer con tus caricias.

Sostenía su mano entrelazándola con la suya, donde portaban los anillos, acomodaba con devoción sus rizos y le susurraba al oído palabras dulces llenas de amor, le suplicaba que volviera que su mente regresara a su cuerpo. Cuando comenzó a refrescar con su varita convoco una capa, pero no era cualquiera era una muy especial, era una capa en color escarlata que mando hacer muy especialmente para su novia, la cubrió con cariño con ella.

Ya amanecía los rayos del sol comenzaron a reflejarse en el lago y esos rayos llenaban de mas esperanza a Draco, que no paraba de llamarla y suplicarle que regresara.

Una Oportunidad Para RedimirteWhere stories live. Discover now