—¿Alarcón?—preguntó Sergi Gómez extrañado.—¿Eres familiar de Isco o algo?

—Soy su hermana pequeña.—aclaró la malagueña.

—¿Puedo discutirlo? Es que no os parecéis en nada.

—Puado se ha llevado a la parte guapa de esos hermanos.—comentó Óscar Gil antes de revolver el pelo de su compañero.

—He perdido la cuenta de las veces que me han dicho eso desde que estamos juntos.—comentó Javi, y Arizona rió levemente.

—Me sorprende que no te hayas acostumbrado todavía a eso.

—¿Por quién de tantos lo dices?

—Buen punto.

—Muy bien, se acabó el hablar.—interrumpió Vicente.—A trabajar, ya.

(•     •     •     •     •)

—¿No se supone que tienes que estar corriendo por ahí?

—Encima que vengo con cotilleo fresco de tu novio.

—Óscar, ¿sabes quién es Marcelo?

—¿Me vas a hacer el chiste?—preguntó el proveniente de Elche.

—No, te lo estoy preguntando en serio.

—¿El del Madrid?

—Justo ese. Es el hombre más cotilla y maruja que yo he podido conocer en mi vida, ¿crees que no me conozco los cotilleos de mi pareja?

—¿Y sabes lo que estuvo diciendo Javi de ti antes de empezar a salir?—Arizona cerró su boca.—Te pillé.

—¿Es bueno o malo?

—¿Cuatro besos? ¿En serio? Para esas cosas, se apuesta una cena o algo.

—Es que ya estaba muy vista, y yo muy borracha cuando acepté. Pero no te quieras ir por las ramas, Óscar, ¿qué te dijo de mi?

—Que le gustabas mucho, que le habías hecho sentar la cabeza y que necesitaba estar contigo.—la malagueña miró a su novio y sonrió.

—Es un pelota, sabe lo que tiene que decirme.

—¿Pero hace cuánto os conocéis?

—Su hermana nos presentó hace... Dos o tres años. Hablamos muchísimo, bueno, me tiraba la caña más bien, y el verano pasado nos fuimos todos de viaje a Ibiza.

—Uy, el famoso viaje a Ibiza.

—¿De eso no sabes nada?

—Hija, no todos tenemos la suerte de haber vivido ese viaje.—la chica rió y agachó la cabeza.

—No soy yo la que debe contarlo.

—¿Cómo que no? ¡Estabas ahí, con tu novio!

—¿Y? Yo no hablo sin que me den algo a cambio.

—¿Cuánto quieres?

—A mí no se me soborna con dinero, Óscar, para eso ya tengo a mi hermano. Se me da comida.

—No, si me vas a salir barata y todo.

—¿Debería sentirme halagada?

—Obviamente, Arizona.

—Me has caído bien, la verdad. Te dejo que me llames Ari.

(•     •     •     •     •)

—¿Me pasas la toalla?—preguntó la muchacha sacando la cabeza de la ducha.—¿Y se puede saber qué haces aquí?

—Se le llama convivencia.

—A ti te está sentando muy mal ver como todos hablan en el baño mientras uno se ducha en Anatomía de Grey.—dijo Arizona saliendo del cubículo.

—Eres tú la que me ha enganchado a esa serie. Mi hermana y tú parece que no veis otra cosa.—respondió Puado mientras se sentaba en el mueble del lavabo.

—No, perdona. Yo te la recomendé, tú fuiste el que quiso verla.

—Como si tú hubieses puesto muchas pegas.

—Hijo, Derek y Mark son mi religión.

—Y Jackson también.

—Pero si no has llegado a esa temporada, fantasma.—la malagueña rió antes de vestirse.—Vas por la segunda todavía. En el tiempo que llevas viéndola, yo ya iba por la séptima.

—Porque eres una viciada.

—Y a mucha honra, hijo.—Arizona empezó a desenredarse el pelo.—Así que... ¿Sentar la cabeza conmigo?

—¿Qué? ¿Cómo sabes tú eso?

—Óscar me ha dado bastante conversación hoy. Las cosas como son.

—¿Pero cómo se acuerda ese hombre de eso? Se lo dije en la pretemporada.

—¿Y por qué te he hecho sentar la cabeza? Si el maduro de esta relación eres tú. Bueno, depende del día.

—Porque me veo en un futuro contigo.

4 Besos ||Javi Puado||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora