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 —¡Te pintaron pajaritos en el aire, te juraron falso amor y lo creíste, sus promesas se quedaron en el aire, estás sintiendo lo que algún día me hiciste!

Los chicos ya se encontraban en el concierto, y ya habían salido los primeros artistas.

—Con diferencia, este es el mejor plan que hemos hecho.

—Perdona que te diga, cariño mío, pero Ibiza se lleva la palma.—respondió Arizona mirando a Pau. Todos tenían rastros de purpurina en la cara y pintalabios de las chicas en las mejillas.

¡La mano arriba, cintura sola, da media vuelta, Danza Kuduro!—como aseguró Arizona, bailó esa canción con Marcelo, paso a paso.

—¡Ah, mamón!—se quejó Saúl al notar un pisotón por parte de Nacho.

—¡Dios, mi puta adolescencia!—exclamó Leire al escuchar la canción.

¡Y esto está como, como pa', como pa', como pa' rumbiar, pa' pasarla caliente, con toda mi gente!

Cantaban, gritaban, bailaban...

—¡No, mierda!—protestó Arizona al notar como alguien tiraba de ella hacia el suelo.—¡Pedri!

—¡Levanta, vamos!—Leire y Kera la ayudaron a recomponerse, ya que estaba sonando la canción que todos estaban esperando.

¡Ya no sonríe más, se arregla toda, si va a la discoteca siempre baila sola, ya todo le da igual no sigue modas, se prende como fuego chica luchadora!

—Hacía mucho que no la veía tan feliz.—le dijo Pau a Javi, que observaba a Arizona con una sonrisa.—Le haces mucho bien.

—¿A qué te refieres con lo primero que has dicho?

—Cuando se fue a Nueva York, era porque no estaba bien, al menos mentalmente.

—¿Por qué?

—Por culpa de Hugo.

—¿Hugo? ¿Quién es Hugo?

—Es...

—¡Eh, Melendi está a punto de salir!—informó Arizona.—Te lo robo un momento.—agarró la mano de Javi y tiró de él para estar juntos durante esa canción.

Esperaron unos quince minutos, en los que cantaron canciones de Bisbal a pleno pulmón y vieron como Pedri intentaba imitar la famosa patada del cantante.

—¡A ti no te sale!—exclamó Nacho mirando al chico.

—¡Es que el es experto!

—¡Y tu un manta!

—Perdona, ¿qué dices que dijiste?

Los primeros acordes de Tu jardín con enanitos inundaron el recinto, y con ello, se unieron todas las voces que estaban allí presentes.

Hoy le pido a mis sueños, que te quiere la ropa, que conviertan en besos, todos mis intentos de morderte la boca. Y aunque entiendo que tú... Tú siempre tienes la última palabra en esto del amor.—Javi y Arizona se miraron antes de sonreír, ya que ella estaba abrazada al cuello del chico, y él rodeaba su cintura con sus brazos.

—Ari... Una cosa.

—Es nuestra parte.

—Es importante.—aquello preocupó un poco a la muchacha, que asintió con su cabeza.

—¿Qué pasa?

—Me completas, Ari. Muchísimo, y nunca me había sentido así hasta que llegaste tú a revolucionar mi vida.

4 Besos ||Javi Puado||Where stories live. Discover now