—Y aquí será donde pases la mayor parte del tiempo que estés trabajando.—le informó el presidente del equipo.—Cuando te incorpores, el entrenador te presentará a los jugadores, seguro que te acogen bien.
—Eso espero.—murmuró la chica mirando todo a su alrededor.
—¿Tienes alguna duda?
—No, no. Ha quedado todo muy claro. Gracias por la oportunidad, de verdad.
—A ti, por aceptarla.—Laporta le ofreció su mano, y Arizona la estrechó sonriendo.—¿Cuando te viene bien empezar?
—Bueno, aún estoy con los temas de la mudanza, pero de eso se pueden encargar mis compañeras de piso mientras yo esté aquí. Pero mañana mismo estaré aquí antes de que lleguen los chicos.
—Muy bien, aquí te esperamos.—la morena vio al presidente marcharse. Suspiró aliviada, y notó cómo sus nervios abandonaron su cuerpo.
—¿Ari?—la chica se giró al escuchar su nombre.
—Dios mío, gracias. Unas caras conocidas al fin.
—¿Pero qué haces tú aquí?
—Se supone que es un secreto, así que no digáis nada.—Pedri y Eric asintieron con sus cabezas.—Soy la nueva fotógrafa del equipo.
—¿Qué dices? No jodas.
—Pero si tú eres lo más merengue que he conocido en mi vida.—añadió Eric.—Osea... ¿Qué?
—Ya, ya. A mí también se me hizo raro. Pero bueno, aquí estoy.
—¿Seguro que no es por Puado?—preguntó Pedri.
—No empieces tú también. Bastante tengo con Kera y Leire.—Pedri y Eric se miraron entre ellos antes de cruzar sus brazos y volver a mirar a la muchacha.—¡Que no es por Javi!
—Bueno, bueno, te creeremos. ¿Cuando empiezas?
—Mañana. Las chicas me van a mandar a la mierda cuando les diga que por la mañana van a estar solas con la mudanza. Esta tarde nos llegan los muebles.
—Ah, que estáis las tres aquí.—intervino Pedri antes de mirar a Eric.—Esto va a ser muy divertido.
—¿Por Kera y él? Ya.
—Somos amigos, nada más.—se defendió el barcelonés rodando sus ojos.
—Los amigos no se lían, socio.—añadió la pequeña de los Alarcón cruzando sus brazos.
—Y me lo dice la que se lió con Puado en su habitación, y la que dejó que le chupase el cuello en la playa.—ante aquellas palabras, Arizona abrió completamente sus ojos y le tapó la boca al chico.
—¿Te has liado con Javi?—preguntó Pedri.
—Cállate. ¿Cómo coño te has enterado tú de eso?—dijo la chica retirando la mano.
—¡Lo sabía! Es que era obvio.
—¿Pero qué dices tú ahora?
—Me lo he inventado, y me lo has confirmado tú.
—Me estás empezando a caer muy mal, Eric.
—Pues te jodes, que vamos a trabajar juntos.
—Como se lo contéis a alguien, os juro por mis sobrinos que mañana el club tiene dos lesionados más. Porque os parto las piernas, ¿entendido?
—Vale, vale.—respondieron los chicos a la vez alzando sus manos en señal de paz.—Pero una cosa, ¿Javi sabe que estás aquí?
—No. Leire aún no se lo ha dicho.
