¡Bienvenidas Alumnas! [Yarichin☆Bitch-Bu]

Capítulo 2: El mes de la tortura

Mierda. No me digan que se me cayó el dildo de la mochila.

Sí, recién en clases me había dado cuenta de que lo tenía en la mochila, al igual que las balas y el lubricante, ¡que igual se me cayeron!

-Qué puta vergüenza...- exclamé en mi lengua. Traté de recoger con lo poco que me quedaba de dignidad, pero no podía dejar de oír la risa de Tamura, avergonzándome aún más.

El chico que se había presentado como Kashima me ayudó a recoger mis cosas y devolverlas a la mochila.

-No te preocupes, él se ríe por todo- me dijo, mientras metíamos mis cuadernos.

¡Un ángel caído del cielo! ¡Alerta! ¡¿Dónde están sus alas?!

-Por cierto, puedes seducir a cualquiera de nuestros miembros, aunque sólo Kashima, Yuri, Tamura y Toono son bisexuales- explicó Akemi.

-¡Un minuto! ¡Yo soy hetero!- exclamó Toono.

-¿Seguro?- sonrió Akemi.

-N-no...-.

¡Pf! Está más confundido que yo.

- o -

Las semanas habían pasado muy rápido y con lo rápido que se esparcen los rumores, las verdades salen a la luz mucho más rápido.

No pasó tanto tiempo para que alguien me nalgueara, mientras caminaba por el pasillo. Nunca en mi vida me habían nalgueado.

-¡¿oye, qué te pasa, imbécil?!-.

El sólo se rio y se fue. ¡Qué rabia me daba!

Una semana después de eso, andaba con cólicos por la regla y en busca de un baño alguien me había acorralado en una escalera.

-Me han dicho que eres del club de fotografía, así que está bien, ¿no?- me susurraba al oído muy excitado ese chico desconocido.

Mierda, en mi oído no... soy muy sensible.

Y digamos que me prendo muy fácilmente, admitámoslo. Por algo tengo juguetes sexuales antes de los dieciocho.

-Y-yo...-.

-Tranquila, seré amable contigo- me miró.

Nunca había tenido gente detrás mío, así que era extraño que me miraran así. Quería que me besaran, quería... follar.

-Disculpa...- dijo alguien frente a nosotros.

-¡Toono, no me vengas a joder!- exclamó el chico desconocido.- ¡No todo el mundo es gay en esta escuela, así que salte! ¡No es tu asunto!-.

En lo poco que tenía de razón en ese momento, empujé al chico.

-¡Gracias, pero hoy no podrá ser!- respondí rápido.- ¿Qué tal si nos agendamos?-.

-Wow...- se vio como las expectativas de este chico bajaban.

Perfecto, sigue hablando.

-¿Por qué no mejor salimos a algún lugar más tranquilo algún día? Tal vez podría decirte si es que si podemos... ya sabes- sonreí falsamente.

-¡Ugh! No eres mi tipo...- y se fue.

Suspiré. Era típico de mí. Ningún chico se fijaría en mí, ni en Chile ni en Japón. Suena triste, pero la verdad es que la acepté. Mis instintos de tener a alguien tan cerca como para no poder respirar no podían ganarle a la lógica de que sólo querían mi cuerpo.