La Academia Mori Mori era una escuela internado solamente para hombres que estaba rodada por las montañas, pero la escasez de escuelas mixtas en el territorio llevó a esta academia ser mixta.
Elisa, será una chica de intercambio que notará como este...
TRIGGER WARNING: ESTE CAPÍTULO MENCIONA CASOS DE ASI Y AS. SI ERES SENSIBLE A ESTOS TÓPICOS, PUEDES SALTARTE ESTE CAPÍTULO.
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Al irse a la azotea, miré a Erina y ella empezó a bajar las escaleras en silencio.
La seguí y comencé a preguntarle qué wea le pasaba. Esto era inédito para mí.
Sólo se abrazaba al bulto del saco y sólo asentía con un pequeño "Mh".
-Erina, los conoces. ¿Y si te pasa algo que no quieres?-.
-Lisa, ya basta- me calló con su voz potente.- Si me pasa algo, no será diferente a lo que pasé en casa por años-.
-Pero...-.
-Sé que quieres protegerme, pero somos grandes, podemos tomar decisiones solas. Si digo que quiero superarlo, tengo que tomar acciones- dijo determinada.
-¿No crees que hay mejores alternativas que hablar con los chicos?- murmuré, encogiéndome en mis brazos.
-¿Y cuál es tu idea? ¿Tomar terapia?- se rio ella.- Eso no sirve-.
-Claro que sirve, solo hay que buscar a alguien que se especialice en el tema- levanté la voz.
-¿Y hablarle a un extraño sobre cómo me empalaron de niña y adolescente? ¡No, gracias!- suspiró al ver que estaba asustada.- Lisa, déjalo. Mañana iré al club quieras o no-.
Se alejó y salió del edificio de las habitaciones de los chicos para ir a su habitación.
Me quedé helada. Estaba dispuesta, ¿pero esa era la forma de superar su trauma?
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-Hola, me llamo Hayashi Erina. Un gusto, chicos- hizo una reverencia en frente de los chicos.
Sorprendentemente Yuri estaba vestido.
¿Y Tamura? No estaba aquí y se me hizo raro la verdad o estaba en el club o estaba molestando a un tal Yaguchi. No sabía mucho de él más que a Tamura le gustaba o algo así.
Erina al levantar la mirada pudo presenciar a Akemi con los brazos cruzados y una mirada algo rara.
-¿Y a qué se debía tu venida al club?- preguntó él indiferente.- Sé que le tienes miedo al sexo, pero debe haber una razón, ¿no?-.