Capítulo 26

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Deseaba que termine mi día que acaba de comenzar, por un solo motivo, verlo a el, estaba contenta porque desde aquel día siento que nos llevamos mas que bien, yo entiendo ciertos comportamientos de el y el esta intentando cambiar, va a un psicólogo y yo también intento apoyarlo, aunque sinceramente no volvimos a sacar el tema, ya que aun no lo tiene superado del todo, viene mi compañera y me dice que hay un nuevo paciente y que hay que hacerle unas suturas en el brazo, fui a la habitación y al entrar, me quede en shock, era Amir, no lo entendía ayer mismo estaba de maravillas y hoy tiene el brazo desangrando como si no hubiera un mañana, nunca me asuste por ver sangre, ni heridas, había visto muchas cosas pero en ese mismo momento sentí como las paredes daban vueltas, suplicaba a mis piernas que me sujeten, fui a sentarme a su lado en la cama porque sabia que en cualquier momento caería,
-¿Que cojones te pasó?- estaba asustada, vaya si lo estaba y no era por la herida, Sino por el protagonista
-Me pego un asesino con un cuchillo-Lo dijo como si fuera la cosa mas normal del mundo, me sorprendió su parcimonia
-Y tu porque te metiste con un asesino- vi que se reía y me dio rabia porque, yo estaba nerviosa hasta la coronilla y el estaba riendo
-Creo que a veces olvidas que soy policía- fue hasta entonces que me di cuenta de mi absurda pregunta, me fije en su brazo que lo sujetaba con la otra mano para parar la hemorragia y yo sentada frente a el en vez de curarlo, como me vea alguien estoy despedida, no se  pero cuando estoy nerviosa hago cosas sin pensar, espero que no sea la única. Fui rápido a coger el material para curarlo.
Me lave mis manos, me puse los guantes, limpie la herida y cogí la aguja para coserlo, nunca se me erizo la piel al meter la aguja, tenia miedo, miedo de herirlo, me veía incapaz de tan solo pinchar lo, me quede a su lado con la aguja en la mano y mirando la herida, no sabia lo que me pasaba.
-Mete la aguja y cóseme, no tengas miedo, no me vas a hacer daño, haz como si fuera otro paciente, no pienses que soy yo.-Asentí sin poder pronunciar palabra y hice caso a sus palabras, imagine que era otro paciente de los tantos y empece a hacer mi trabajo. Al terminar, sonreí como solía hacerlo con todos los pacientes, cuando escuche su voz, fue cuando me di cuenta a quien tenia al frente
-estoy orgulloso de ti, lo hiciste, eres una buena enfermera- sonreí
-¿como supiste que no quería coserte por miedo a hacerte daño?- me miro y me dijo
-Lo se porque si me dan la pistola y me dicen dispara, no lo voy a hacer. Aunque sea lo correcto-Sonrei, porque yo también sabia que era lo correcto coserlo pero se me hacia imposible hacerlo...

Sin alasWhere stories live. Discover now