Capítulo 22

687 31 0
                                    

¿Te digo algo?- asentí con una sonrisa, sus ojos estaban llenos de sinceridad.
-Lo que quieras
-Te amo muchísimo, nunca amé a nadie como te amo a ti- suplicaba a mis piernas que me mantengan, eran demasiadas emociones en tan solo unos minutos, no quería apartarme nunca de su lado.
-Amo la forma tan discreta en que de la nada llegas a arrebatarme la cordura.- Le dije
-Y tu tienes ese don tan peculiar de construirme y destruirme en cuestión de segundos- sonreí, porque estaba jodidamente feliz. Sabia que estaba en el lugar perfecto cuando de pronto me abrazó. En ese instante comprendí que en ningún otro lugar encajaría mejor.
Después de estar un buen rato hablando de nuestra relación, decidimos volver a la ciudad, me dio tiempo para ir a despedirme de mi hermano y coger mis cosas.
Estaba feliz, lo que parecía imposible, a veces solo tarda un poco mas en llegar.
Después de varias horas llegamos a nuestra ciudad, donde empezó todo.
-Significas mucho para mi Sabrina- estaba contenta y no sabia que decir, mi día había empezado con grises y al final del día estuvo lleno de colores, yo lo amaba pero no sabia como expresarlo, nunca nos habíamos enamorado los dos, y todo eso era diferente tanto para mi como para el. Era un nuevo comienzo, una nueva etapa, una nueva vida, una nueva oportunidad y estaba dispuesta a averiguarlo todo, dispuesta a darlo todo y si al final no funciona, no pasa nada, al menos Lo habremos intentado.
-Y tu para mi, en verdad lamento ser tan difícil, esa es la única palabra que encuentro para definirme, difícil en cuanto a mi forma de ser, mi manera de pensar, soy difícil de tratar y de soportar, créeme sé que lo soy.
-Me gustas tal y como eres, con tus defectos y tus virtudes, y de echo me encanta nuestra historia, la manera en como comenzó todo, es una historia diferente y original de contar, no la típica historia de amor.- sonreí porque era verdad, quien lo diría, yo que me enojaba por todo y el chico tan sarcástico que cada día me sacaba de mis casillas juntos y tratándose como un algodón de azúcar el uno al otro.

Ya llevábamos dos meses, para que mentir habían subidas y bajadas en la relación, aun peleábamos, pero al mismo instante nos abrazábamos , lo iba a ver a la comisaría y el me venia a traer de mi trabajo y terminábamos hablando por teléfono hasta quedarnos dormidos, pasábamos mucho tiempo juntos. Al cumplir los dos meses me llevo a la casa de sus padres para conocerlos, eran un amor, su madre se había mantenido muy bien, parecía joven, demasiado, quien lo diría, que tiene un hijo de veinte y tantos años, su padre se ve que es un poco mayor pero aun así es un hombre muy simpático y agradable y respecto a sus dos hermanos, uno de 12 i el otro de 14, pues no tuve mucho tiempo de hablar con ellos ya que estaban estudiando para un examen. Me acogieron muy bien para que mentir. Habíamos decidido que dentro de un mes les iba a presentar a mis padre.
Ahora estábamos sentados en el banco del parque de siempre, uno al lado del otro y con mi cabeza recostada en su hombro, hablábamos de cosas sin sentido, hasta que se me ocurrió una buena pregunta
-Amir, ¿Cuantos hijos quieres tener?- sentí como se tensaba de una forma increíble y se levanto de repente.
-Ninguno-me sorprendió su respuesta, pero mucho mas su reacción.
-Como que ninguno, ¿ no quieres tener hijos?- negó al mismo preguntarle, ni siquiera lo pensó dos veces.
-No quiero hijos, nunca- Sentí como mi mundo se caía, volvió a ser el Amir de la otra vez, cuando le pregunte por cuales circunstancias había pasado, de seguro que tenia algo que ver con el otro tema. Estaba confusa no sabia si seguir insistiendo o dejarlo estar, así que opte por lo segundo, lo que mas detestaba era verlo en ese estado. Asentí y sin mas me quede callada. Hubo un largo silencio y sentí que Amir ya no estaba en la vida real, es como si los recuerdos se lo estuvieran comiendo, su tono de piel se volvió mas pálido, sus pupilas brillaban, su mandíbula tensa junto con su cuerpo. Estuvimos un buen rato sin pronunciar palabra, me daba miedo empeorar la situación ya que era una experta en meter la pata. Vi que dudaba de si contármelo o no,
-Cuando nací.....

Sin alasWhere stories live. Discover now