Capítulo 1

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Ama hasta que te duela, si te duele es buena señal,  esa era la frase que siempre me decía mi abuela pero que sin embargo nunca comprendí y siempre intento encontrarle la lógica, ven me aquí en mi rato de descanso pensando en mi aburrida vida,  me llamo Sabrina  soy enfermera en el hospital de mi pueblo, vivo con mis padres, tengo una hermana recién casada y un hermano que estudia fuera del país, como decía mi vida es muy rutinaria, me levanto, voy al trabajo, vuelvo , salgo un poco con mi mejor amiga Lina y duermo, de eso se trata mi vida...  Veo a mi compañera Sara venir hacia mi y eso significa que es hora de volver al trabajo. Después de terminar mi trabajo, cojo mi coche y voy rumbo a mi casita a descansar, hogar dulce hogar, aparco en mi lugar de siempre y salgo todo iba de maravilla hasta que me di cuenta que había un hombre parado en mi camino.
-¿Perdona, me dejas pasar?-al girarse me fije que era un hombre bastante alto y esbelto
-Pueden pasar dos elefantes y sus hijos por este camino, hay espacio de sobras.
-Me estas diciendo que pueden pasar dos elefantes encima con los hijos y no puedo pasar yo que soy una hormiga, pedazo de imbecil ?
-Si no puedes pasar es tu problema pero hay espacio de sobra, y no me pienso mover
-Eres una montaña de ego, vaya que de caballeroso no tienes ni un pelo, sabes que te digo, pues que eres un malcriado y un maleducado y todos los insultos que existen los reúnes, de seguro tienes muchas medallas por maleducado,  moriras solo y no te casaras nunca hasta los gatos se escaparan de ti- Vaya que le dije de todo y en vez de enojarse, el muy cabron ríe,
-De seguro que tu también debes tener muchas medallas por ser la persona mas educada del mundo y que trata a todos con respeto y educación, verdad?
-Pues de seguro que no tengo tantas como tu por retrasado
-Eres cabezota eh
-Mas de lo que crees, en fin no tengo tiempo para discutir con gente como tu que me vas a pegar lo estupido que eres-Intente pasar por su lado y sin querer lo roce un poco y vaya si olía bien, Sabrina concéntrate, al pasar me di la vuelva para recordar ese hombre y darle un último vistazo.

Sin alasWhere stories live. Discover now