Capítulo 35

21.7K 1.6K 649
                                    


JADE

—No lo puedo creer —niego con la cabeza.

¿A quién se le ocurre? ¡Son niños!

—¿No te gusta? Es una historia de amor —tuerce una de esas sonrisas suyas de infarto y yo me muerdo el carrillo para no hacer lo mismo.

—Sí, pero un poco sádica para niños de diez años, ¿no?

—Supongo que la habrán adaptado —comenta encogiéndose de hombros.

—El año que viene podrían representar El Principito.

—Tal vez —siento que todo su cuerpo está en alerta y poco a poco su mano se aprieta cada vez más en mi cintura.

—Me haces daño —me quejo apartando su mano de mi espalda.

—Lo siento —vuelve a ponerla pero esta vez con más cuidado.

—¡Pero bueno!

—Buenas tardes —Kai habla con un hombre de unos cincuenta años, pero tal y como me ha explicado esta mañana, tal vez tiene trescientos.

—Querida Jade —dice acercándose a mi y, casi instintivamente, Kai da un paso hacia delante —, he oído hablar de ti... muy bien...

Uy, qué repelús me acaba de dar de repente.

Creo que esto es a lo que refería Kai.

Le sonrío amablemente para que no note la incomodidad que me provoca.

—¿No vas a darme dos besos?

—No —dice Kai tirando de mí hacia detrás —. Lo siento, Sebastián. Jade no ha venido a pasarse la noche saludando.

—La madre que te parió —susurro cuando seguimos andando entre la gente.

—Hoy eres una tarta de chocolate de tres pisos —me recuerda.

—Y tú... ¿cómo me ves?

—Como mi vida.

—Aaaaay —me acerco a él, lo achucho y lo beso.

Kai sonríe tanto que se le achinan un poco los ojos.

—Si no lo veo no lo creo...

¡Clin, clin, clin! Primer pendón de la noche, señores.

—Hola —dice él tornando su cara seria.

No ha soltado mi espalda, pero eso no impide al pendón número uno acercarse a él para darle dos besos.

—Menos mal que es... mona —dice mirándome —cuando la vi en esa revista no parecía muy agraciada.

¡Pues anda que ella! Menudo esperpento.

Tiene los labios tan rellenos de lo que sea que se haya inyectado que parece que le vayan a explotar de un momento a otro.

Si Kai no me tuviera sujetada, le cruzaba la cara.

Esta se va a enterar.

—Bueno, tú tampoco estás mal —la miro de arriba a abajo —. Tuve una muñeca de pequeña igualita a ti.

—Desde luego, cariño, se inspiran en gente como yo —sonríe con malicia y se aparta la pelena negra de los hombros.

—Era preciosa, pero era de plástico —miro sus pechos de silicona —como tú.

Ahoga un grito y me mira con cara de asombro.

Jade 1 – Pendones 0

Cuando se va, Kai me atrae hacia él y pasa una mano tan por debajo de mi cintura que casi está tocando el culo.

| COMPLETA ✔ |   Aunque tú no lo sepas © [ATNLS 1]Where stories live. Discover now