Capítulo 2

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CAPÍTULO 2

Tras aquella desastrosa fiesta Damian tuvo que aguantar a su androide el cual le perseguía donde fuera y odiaba eso, al menos había conseguido un sustituto de Clark y se dedicaba a usarlo y burlarse de él siempre que podía aún así odiaba ver aquella máquina tan pendiente de él.

Fuera donde fuera ahí estaba, lo peor fueron los primeros días pues su actitud era como la mayoría de los androides recién estrenados, es decir, eran casi máquinas sin vida pero poco a poco iban imitando la actitud humana y se movían y hablaban con más fluidez y naturalidad, eso le desagradaba todavía más a Damian el cual ahora estaba en los enormes jardines de la mansión, concretamente, en el establo que mandó construir tras colarse en una manifestación y robar de un matadero una vaca que ahora la tenía como mascota.

Desde allí vio de lejos al androide mirando curioso a Titus que les había acompañado, el animal se dio cuenta de ellos y movió la cola juguetón para que le atendiera y la máquina sonrió queriendo acariciarle pero Damian le detuvo

– Ni se te ocurra tocarlo – se acercó a él – no pienso permitir que algo como tú toque a un ser vivo – le apartó de Titus – seguro que usarías demasiada fuerza y le dañarías

– Jamás podría hacer eso

– Ya, ya me sé las leyes de la robótica pero dado todo lo que está pasando con las cosas como tú no voy a dejar que toques a mis mascotas – dijo serio. Justo en ese momento recibió un mensaje por su móvil y miró quien podría ser

– ¿Por qué no conectas tu móvil con mi servidor? Sería más práctico

– Dije que no te usaría y no daré mi brazo a torcer – dijo más serio que antes mientras leía el mensaje tonto del día por parte de Dick que envió una foto de él junto a su compañero Wall-Y durante su ronda y un mensaje gracioso – <tt> creía que tenía principios – se quejó pues cada día el policía pasaba algo de él con su compañero al igual que Tim con su nuevo androide

– Te veo enfadado ¿puedo hacer algo por ti? – sonrió

– Vete a ayudar a Alfred y déjame en paz – ordenó

– Sí ¿has pensado ya en mi nombre? – volvió a decir con una sonrisa puesto que los androides solían responder al nombre que les daba su usuario pero Damian todavía no le había dado ninguno

– Los nombres son para os seres vivos no para las cosas, vete

– ... vale, si me necesitas puedes...

– No lo haré – volvió con su vaca y le ignoró como siempre por lo que el pequeño androide se marchó a por Alfred como le había ordenado hasta que se cruzó al entrar en casa con Clark que llevaba una caja pesada

– Hola ¿qué tal todo? – sonrió Clark

– Buscaba a Alfred ¿sabes dónde está?

– En la cocina preparando la cena ¿aún Damian no te ha conectado a las cámaras de la casa? – el pequeño negó – ¿ni siquiera a los ordenadores u otras instalaciones?

– No – dijo de nuevo triste pues saber que no le agradabas al ser que se suponía que tenías que servir era algo chocante para cualquier androide. Eso lo notó al instante Clark que intentó sonreír para animarle

– Descuida, Damian es un buen chico solo es algo difícil de contentar

– ¿Te pasa lo mismo con tu usuario?

– A veces... ¿sabes qué? – dejó de lado la caja y le dio la mano quitando parte de su piel sintética y dejando solo su carcasa de metal blanco – puedes estar conectado a mi si quieres, así podríamos hablar entre nosotros aunque estemos lejos – explicó puesto que así era como solían pasarle información otros androides. El pequeño miró primero a su mano y después a él – los androides estamos para ayudarnos ¿no? – sonrió más aún algo que provocó una pequeña sonrisa en el otro que le estrechó la mano e intercambiaron información para poder hablarse cuando quisieran.

Gotham: Become HumanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora