Capítulo 2

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— ¡Suéltame, idiota! —Articulé con dificultad.

— Me saliste respondona. —Se jactó— Está bien, así me gustan difíciles... ¡Ya hablando enserio! ¡¿Dónde está tu dinero?!

— ¡No dejaré que me manipules! Eres un idiota, ya que, ni siquiera tiene sentido lo que estás haciendo conmigo, ¡suéltame!

— No me hagas esculcar. No te conviene. - Aprieta más su agarre.

— ¡Ah! ¡Tómalo! —Le entregue cinco libras— ¡Suéltame!

— Falta más. —Hizo un movimiento con la mano que me ordenaba dárselo.

— ¡Es todo! ¡Me vas a romper la cabeza!

— De eso se trata. —Le salió una risita— Por cierto que pobre eres, creí que me darías más. —Me soltó sin apartar la vista hasta que al fin se dio fuga.

Me dolía todo el cuello y mentón todo por culpa de ese estúpido... Pero no sólo eso, sino que, también me quedé sin dinero.

Tengo tanta hambre, pensaba.

Seguí caminando sin rumbo. No sabía qué hacer, no quería ser manipulada por ese chico que ni nombre tenía para mí.

Que más daba un día sin dinero, no es la gran cosa, puedo resistir. Además estoy muy gorda, pensé y mi conciencia no reaccionaba.

Las clases pasaron muy lentas y tenía bastante hambre, pero traté de olvidarlo.

Regresé a casa; Sin papá en ella estaba aburrida, nada que hacer más que estudiar, comer y dormir. Eso era irritante.

En la cama me rondaban preguntas, como "¿Cuál será el nombre de ese chico?" No es que muriera de la curiosidad pero en algún momento tendría que descubrirlo.

Tenía unos lindos ojos... Y también su sonrisa debía ser la más codiciada.

¿Pero qué estaba diciendo? Estaba alucinando de tantos golpes en la cabeza.

Deseaba que mi padre hubiera estado ahí para que me deseara buenas noches y yo a él, pero con su trabajo, no podía, aun así la conexión aún se mantenía y nos queríamos demasiado.

"Buenas noches papá, donde quiera que te encuentres" dije fingiendo que me oía aunque lo más claro era que no.

Me desperté a las 5 de la madrugada. Estaba un poco asustada, creo que había soñado con ese maldito.

Tomé una ducha fría ya que odiaba el agua caliente y me comencé a retocar.

Tuve la oportunidad de ver a mi padre lo cual fue muy lindo. No verlo era como no tener a nadie.

Realmente no tenía a nadie si el me dejaba sola.

Por supuesto él se marchó primero, yo seguí la continuidad, entonces tomé el transporte una hora antes de las ocho para llegar a tiempo, me sentía desganada y sin ánimos por lo cual descarté caminar hasta el colegio o comenzaría a tener pensamientos depresivos. Me subí, pague y al buscar un asiento cuán grande fue mi sorpresa.

Bullying - Harry Styles Y TúWhere stories live. Discover now