-Bueno, dígame Sr. Black qué pasa con lo hablado, ¿podré conseguir la custodia?-nerviosa empezó a masajearse las manos que empezaban a sudar.

-Llegado a este punto, creo que podemos dejar de tratarnos de usted, ha venido con mi hermano a su discoteca.

-En realidad, no ha sido así, no me interesa su hermano, está claro que es atractivo, pero es un mujeriego o eso intenta aparentar, se las da con aires de grandeza y realmente eso no me atrae, ahora mismo quiero centrar mi vida, recuperar al bebe y, poder descansar tranquilamente una vez se solucione todo.

-Eres la primera mujer, que me habla así de mi hermano, y la verdad que me alegro-Jace empezó a reír pensando que esa mujer volvería loco a su hermano y que el gustosamente colaboraría con ella para cualquier cosa que necesitara.-Bueno, pues de momento, está todo hablado con el notario, tenía un pequeño testamento, y digo pequeño porque la Srta. Stone, no tenía muchas cosas, pero no se puede leer el testamento, ya que como supondrá está a nombre de su hijo.

-Quiere decir, que el heredero es su hijo y, como su hijo no tiene familia, no se puede abrir ¿verdad?

-Exacto, entonces ahí entrarían sus padres, pe...

-¡Qué! Cómo que sus padres, ellos no tienen nada de ella, ni siquiera su cariño, ellos renegaron de ella y de todo lo que eso conllevaba no tienen ningún derecho a reclamar al bebe-Mia se puso de pie gritándole a Jace, como si el tuviera algo que ver en aquel turbio asunto.

-Si me dejas continuar Mia, te diré qué podemos hacer-hizo una breve pausa donde Mia asintió pidiendo disculpas por su arrebato-Verá, usted es la madrina del niño verdad, ¿y el padrino quien es?

-Bueno, es un amigo de Emm, lo conocimos en la carrera, se que fueron novios durante poco tiempo, luego ella se quedó embarazada y el le apoyó en todo lo que pudo.

-Verá, como el padre no sabemos quien es y, ese es el que podría de verdad quitarte al bebe, tenemos la suerte de tener testigos donde si en el caso de que los padres de la Srta. Stone quisieran al bebe, podríamos llevarlos a juicio y declarar nosotros, más unas cuantas facturas telefónicas en su contra. He pedido las facturas, espero que no la moleste, creo que para el martes las tendré, si en los últimos cinco años no ha realizado Emma una llamada de sus padres, estará claro que no había ningún tipo de contacto.

-Entonces, hay posibilidades de que me quede con el bebe ¿verdad?-Mia empezaba a tener esperanza e ilusión por la nueva oportunidad que se le entregaba.

-Bueno, todavía no cantemos victoria, esto llevará su tiempo, pero mientras tanto el bebe seguirá en el hospital y las facturas que eso acarrean las seguirá pagando de la cuenta de la madre, como ella dispuso, eso es todo.

-Muchísimas gracias por todo de verdad, solo quiero terminar cuanto antes con esto para poder descansar.

Se dirigieron al reservado, donde los ánimos había decaído algo, pero nada más verlos,  James sonrió hacia Mia y fue en su busca, sin percatarse de la sonrisa que tenía su hermano ante el movimiento de este.

-¿Todo bien Mia? Ven vayamos a bailar.

James la arrastró a la pista de baile, sin darle más opción que seguirle un poco aturdida ante el pensamiento de que los padres de Emma quisieran el bebe, posiblemente ellos tenían muchos más derechos para hacerse cargo de él que ella. Empezaron a bailar una canción rápida donde no era necesario estar pegados, pero parecía que James no quería que ella se fuese. La siguiente canción fue una bachata en castellano, cosa que a Mia le encantaba, le encantaba la música en castellano ella era latina y como tal sabía hablarlo, bailo sin importarle lo muy arrimada que estaba siendo con James, no se dio cuenta hasta que James le dijo al oído

-¿Quieres que vayamos a algún lugar más privado? Podemos subir a la oficina si quieres-le guiño el ojo mientras ella no dejaba de bailar aquella dulce bachata.

Mia por acto reflejo, le pegó una sonora bofetada en mitad de la discoteca, dejando a los que estaban a su alrededor sorprendidos por la reacción de esta, James se quedó inmóvil en su sitio, sin creer que una mujer le hubiese pegado dejándolo en evidencia. Mia furiosa con sigo misma por haberse dejado llevar por la música y a ver provocado aquella situación donde él había pensado que podría a ver tenido algo con ella, se dio media vuelta y se fue ante la atenta mirada de él y una erección mal disimulada.

James, enfadado se dirigió hacia el reservado bajo la atenta mirada de unos cuantos donde todavía estaban sorprendido de que una mujer había rechazado al gran James. Su hermano, sabido lo que iba a ocurrir, se sintió mal por no habérselo dicho, pero un poco de humildad no le vendría mal.

-James, parece que tienes algo rojo en la cara...-sin poder remediarlo su hermano y sus amigos empezaron a reírse del gran James, el que con solo un movimiento se llevaba a cualquier chica a su cama.

Ante la visible erección, James no hacía más que maldecir e intentar que se le pasara o que al menos no fuera tan notoria. Arto de las burlas de sus compañeros de reservado, fue hacia la pista y a la primera mujer que vio la agarró del brazo y se la llevó fuera de la discoteca, hoy no iba a dejar de ligar tan solo porque ella no quisiera acostarse con él, otras lo estaban deseando.

Y con ese pensamiento James se fue a su coche para desquitarse con una cualquiera mientras pensaba en por qué una mujer le había rechazado, a él, a James Black.

“Casi siempre, la rabia es en realidad una señal de debilidad más que de fortaleza. Dalai Lama.”

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