Capítulo 12

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 NIALL:

Llegue al instituto. Algo en esta mañana hizo que me levantara. Y ese algo se llama Diana Smith. Toda la tarde de ayer  pase pesándola, me sentía incomodo cuando mis pensamientos la pensaban en los brazos del tipo.

Entre dirigiéndome a mi casillero, para  sacar los libros de las clases que me correspondían. Me encontraba ya cerrando mi casillero cuando pude ver a Michael acercarse feroz a su amigo

-¡Dime que mierda le hiciste a Diana!- le grito. Si ese tipo le hizo algo a mi chica... Digo a mi amiga seré yo quien lo golpeara

-Wow ¿Qué es lo dices?- tratando de zafarse del agarre de Michael

-Diana se la paso encerrada en su habitación después de que llego de tu cita. Sí le hiciste algo juro que no me importara que eres mi mejor amigo y te mato a golpes- dijo Michael entre dientes

-Yo no le hice nada te lo juro- dijo asustado. Mis puños se abrían y se cerraban, quería seguir viendo esa escena

-No sé qué haya pasado entre tú y ella, pero ella está muy mal, sigue encerrada en su habitación-

Mierda Diana está mal. Me siento en la necesidad de hacer algo pero no lo hago. Los seguía observando con tanta atención pero ellos me notaron que los miraba, Michael opto por soltar al castaño, y los dos me miraron. Sé que no soy de su agrado, mejor gire sobre mis talones y comencé a caminar con paso apresurado. Tenía que encontrar a Rosali, la prima de Diana. La buscaba por todos los pasillos, no la encontraba. A la única que vi fue a su amiga la rubia. 

-Tú- la señale, ella me miro sorprendida- ¿Donde esta Rosali?-

-La verdad no sé en dónde está mi querida amiga- hablo con una sonrisita falsa en sus labios. No soportaba a las chicas así- Pero si quieres vamos juntos a buscarla- me guiño el ojo mientras se acerba a mí.

-No gracias- dije seco. Camine de nuevo en busca de la prima de Diana. ¿En dónde se mete esa chica?

-Rubio- grito a alguien a mis espaldas -¡Dios que bueno que te encuentro!- me gire a ver quién era, sentí un gran alivio al ver que era Rosalí.

-Yo también te estaba buscando- dije para caminar hasta ella- Necesito de tu ayuda- le dije sin el más mínimo rodeo

-Pues ya somos dos- dijo con una gran sonrisa impecable-Necesito que ayudes a Diana-

-Y yo necesito que me ayudes a mí para ayudar a Diana- ella frunció su ceño confusa

-¿Cómo lo sabes?-

-El idiota de tu hermano estaba a punto de agarrase a golpes con el tonto de su amigo- dije molesto - Me entere que Diana se encontraba mal-

-¿Y qué piensas hacer?-

-Tengo que hablar con ella- le dije desesperado- Dame su número de celular-

-¿Enserio? ¿Nada más piensas hablar con ella por celular? Rubio yo necesito que vayas a casa y que hables con ella, en realidad Diana está muy mal, lo sé porque no ha querido hablar con nadie y solo la escuchaba llorar. Necesito de tú ayuda. Mi prima te aprecia mucho- esto último hizo que mi corazón sintiera un vuelco- Ten esta es la dirección de la casa de Diana. Ahora mis abuelos no se encuentran y tampoco su madre. Ve Diana necesita de tu ayuda-

-Está bien- murmure y después salí corriendo de ahí.

Me importo un carajo faltar a las clases, ahora lo que me interesaba era Diana, necesitaba de mí, necesitaba que estuviera con ella, y ella conmigo. Corrí por las calles buscando la dirección que estaba anotada en el papelito. Después de tanto tiempo de estar buscando la casa, me encontraba de pie frente a esa humilde casa de un barrio no muy bueno. Me dirigí a la parte trasera de la casa ya que la puerta de adelante estaba cerrada, tuve suerte la puerta trasera estaba abierta.

Toda la casa estaba solitaria, todo en silencio. Subí las escaleras era cierto no había nadie

-¡Diana!- grite. No obtuve respuesta alguna.

Decidí por ir buscando en habitación por habitación, hasta que encontré su pieza, lo pude saber ya que era la única que estaba con seguro. Di un suspiro ruidoso. Toque varias veces pero seguía sin obtener respuestas. Espero que este bien rogaba. Decidí por forzar la perilla para entrar.

La puerta se abrió en unos instantes después, estaba desesperado la quería ver ya en este momento. Mi corazón comenzó a latir muy rápidamente. Entre a esa habitación a paso lento y vacilante.  Su olor inundo a mi nariz, ese olor a ella me encantaba Observe su pequeño cuarto todo era tan ella, no estaba ni ordenado ni desordenado. Mi mirada se encontró con la de ella. Una mirada triste y de sorpresa al verme ahí parado en el umbral pude ver. Sus ojos cafés estaban hinchados y rojos. Me dolió verla así. Lo que yo menos quería era verla de esa manera.

 -Estoy aquí para ti- susurre

Mi Princesa (Niall Horan)Место, где живут истории. Откройте их для себя