Capítulo 12

22.4K 1K 12
                                    


Estaba sola en el silencio de la habitación, no sabía qué hacer. Y tampoco tenía intención de hacer algo, solo me limité a pensar en lo que había pasado con Ethan. Las cosas raras que me pasaban cuando se acercaba a mí o hacía cualquier gesto involuntario como rozar tu mano cuando andas, mientras duermes rozarte. Cosas que era difíciles de explicar pero insignificante para la vista, por el hecho de que a mí nunca me había pasado algo igual.

Es cierto que cuando iba a bachiller había un chico que me volvía loca, era el más guapo de clase, y como era la moda todas querían estar con él, a mí no me gusta mucho seguir la moda, era indiferente para todos ya que mis méritos me llevé por serlo. Al final acabé conquistándolo, -Raro porque no conquisto nunca a nadie- Por eso me llevé malas caras por parte de las chicas de mi clase, quitando una que se convirtió en mi mejor amiga, y optamos por irnos a vivir juntas, ya que después de acabar bachiller íbamos a entrar a la universidad, ella estudió derecho y yo me lancé a estudiar empresariales, que en Londres no me valió para nada. Pero en España sigo teniendo mi título.

Después de eso, yo estaba con el chico súper bien, la gente decía que éramos la pareja perfecta pero luego me di cuenta que me estaba poniendo los cuernos con una chica porque decía que era una estrecha y no quería entregarme a él, no me sentía preparada pero un día empecé a sospechar cosas hasta que lo vi con mis propios ojos y encima el muy cabrón me lo negaba en mis morros, pero fui más lista que él y me escondí para grabar todo lo que decían y después se lo enseñé. Ahora no me diría que era mentira. Me enfadé demasiado porque me etiquetaron como la cornuda de la Universidad. Y ya para finalizar me enteré que los cuernos no me los puso con una sino con varias. Lo bueno de eso es que ya no sentía tanto como antes, estaba con él por estar. Y como no sabía que hacer para dejarlo pues al enterarme de eso quise pillarlo infraganti así tendría una razón para que lo que "teníamos" terminara. Pero por otro lado me jodió mucho por la etiqueta que me pusieron.

Por eso me prometí que nunca me enamoraría de nadie pero...Con Ethan es diferente, me hace sentirme importante, hace que me sienta plena y me hace tener un poco de esperanza pero no quiero adelantarme a los hechos, podría ser todo una falsa, es decir parte del plan de que todo supieran que Somos pareja. Además cuando ambos estábamos en la cama haciéndolo fue mágico. Sentí que me quería y deseaba de verdad. Pero seguro que hace lo mismo con todas y yo era una más.

*****

Aunque parezca que no el tiempo pasó volando. Más bien me pasé todo el día con el móvil, desde que vine no lo cogí para nada, vi los diversos mensajes que tenía y solo respondí no quería divulgar que me acosté con Ethan, que a su vez también es mi jefe. Si hubiera comentado algo fijo me tacharían de loca o a saber que más. Además si se lo cuento a Brais el seguro me dice cualquier tontería, y para contárselo a Dulce me gustaría verla en persona, hace mucho que no la veo, desde que cogimos estudios diferentes. Si, Dulce es mi mejor amiga desde el instituto.

Miré la hora y eran las siete de la tarde, me tendría que dar prisa porque a las y media pasan a por mí, aún no estaba preparada.

Dejé el móvil en la mesita y fui al cuarto de baño para hacerme algún peinado, pero lástima que no tenía nada. Suspiré forzadamente porque me caracterizo por ser una persona: Despistada, desordenada y nada previsible. Pero no me juzguen, pensé que iba todo en el pack.

Salí corriendo del baño y bajé a recepción para saber si había algún estuche de pintura u horquillas para peinarme.

—Buenos días, ¿En qué puedo ayudarla?

—Buenos días, ¿No tendrá algún neceser con cosas para las mujeres? es decir: Maquillaje, horquillas, gomitas y peines. —Me mordí el labio esperando respuesta pero no la obtuve, se lo estaría pensando o algo así. Mis dedos golpeaban en un movimiento sincronizado el mármol del mostrador.

—¿Es Molly González?

—La misma, pero necesito respuesta a lo de antes. —Le dije algo alterada, ya que me faltaba media hora. —Un momento ¿Cómo sabe mi nombre? y ¿Porque pregunta por mí? —Me señalé siendo la cosa más obvia.

—Verá, el señor Evans nos pidió que subieran algunas de nuestras estilistas para atenderla, pero solo le harán un peinado y maquillaje —Sonrió la mujer tan tranquila que me dieron ganas de pedirle un poco de su tranquilidad, yo estaba atacada.

—¿A que esperan? —Dije casi gritando, pero me di cuenta que la pobre mujer no tendría la culpa de nada, y no tenía por qué comportarme así.

Por una puerta lateral entraron dos chicas jóvenes, con una camiseta negra con el nombre del hotel y con un carrito que llevaba de todo relacionado con el maquillaje.

-Ahí están -Señaló como si estuviera presentando algún producto en un anuncio publicitario.

-Gracias, y perdón por ser así -Me disculpé avergonzada y la mujer hizo un gesto con la mano quitándole importancia. Fijo que habrá lidiado con gente diferente a mí.

Me fui con las chicas a mi suite, y al llegar me sentaron en la cama, ella comenzaron a hacer su magia y ya estaba preparada. Me dieron un espejo que portaban en el carrito y esta vez era un peinado diferente. Consistía en una trenza de espiga naciendo del lado izquierdo del pelo, y llevaba pequeñas florecillas dispersas por la trenza, que finalizaba a la altura de mi hombro. El maquillaje era sencillo, un poco de sombra, eye liner, rímel y un pintalabios clarito.

-Son unas genias -Les dije dejando el espejo en el carrito con cuidado, porque mi madre decía que si un espejo se rompía eran siete años de mala suerte, y no quiero tener más.

- ¿Le gustó? ¿Quiere que la ayudemos con el vestido? -Dijo una de ellas amablemente.

Lo pensé, y no vendría mal una ayudita, así terminaría antes.

-Está bien -Sonreí y fui al sillón donde estaba, pero parece que lo cambió de sitio. Miré en el armario y bingo.

Lo cogí y saqué de la bolsa y lo observé, era azul turquesa, delante estaba bordado y los tirantes caían de la espalda haciendo en la espalda alta una especie de cruz y en la baja estaba libre, ya que ahí finalizaban los tirantes. Su falda era larga y en el lado derecho llevaba una raja que acababa antes de llegar a la cadera para que no se me viera nada.

Las tres nos quedamos observándolo y flipamos, era hermoso.

Me ayudaron a colocármelo que me quedaba justo y perfecto, lo que hacía que resaltaran mis armas femeninas, hasta pude ver que tenía algo de curvas. Luego seguí con los tacones y por último el bolso que llevé la noche anterior.

*****

Por fin llegué donde se celebraría el evento. Iba caminando por el paseíllo que llevaba hacía la entrada y a mi alrededor vi mucha gente, saqué la invitación y se lo enseñé al hombre de la puerta, este no parecía un gorila. Me dio el paso. Entré al gran lugar y lo miré todo atónita, al fondo se veía una pasarela y detrás había como una puerta por donde entraban y salían los modelos, también vi que las sillas estaban a la altura de la pasarela, pero separaba las sillas de la pasarela un pequeño cordón aterciopelado de color rojo. Como el que hay en los museos.

Dulce tentación (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora