Capítulo 9

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Al llegar a la suite lo primero que hice fue sentarme en la cama para quitarme los zapatos porque me estaban matando. Después me quité el peinado que me habían hecho, me daba pena pero... Me molestaba.

—Que ganas —Dijo Ethan entrando y dejando la chaqueta encima del sofá.

—No sabes lo que es llevar tacones. O andamios como diría mi madre si me los viera puesto —Subí los pies a la cama.

—No seas exagerada —Largó una sonrisa y se metió al cuarto de baño.

Me levanté de la cama y fui hacía mi pequeña maleta, para prepararme el pijama, así cuando saliera Ethan entraría para ponérmelo.

Al rato salió con su pelo totalmente despeinado y solo con unos pantalones largos de lino. Al darse la vuelta pude apreciar el cuerpo atlético que tenía, la V se notaba y las llamadas tabletas de chocolate también se marcaban. Seguí bajando para hacerle una revisión de arriba abajo. En ese momento estaba siendo demasiado descarada pero no podía dejar de mirar a ese bombón que se encontraba delante de mí.

— ¿Ya me observaste lo suficiente?—Dijo con un atisbo de picardía. En ese momento sentí que mis mejillas ardían de una forma infrahumana.

—Yo, esto... Me voy a cambiar —Cogí el pijama y me metí al baño. Al entrar me apoyé en la puerta del baño y suspiré. Sentía que mi cuerpo se iba relajando poco a poco y mi temperatura volvía a su estado normal. Después de ponerme el pijama salí del baño.

El castaño estaba recostado en la cama leyendo algo en su móvil.

Bordeé la cama y me senté.

Me sentía nerviosa, tenerlo así de cerca me ponía mal, todo mi sistema estaba alterado y las hormonas no es que ayudaran mucho.

Piensa en otra cosa, piensa en otra cosa. Me repetía como si fuera un mantra.

Pero entonces sentí como apartaban mi pelo del hombro, y acto seguido sentía unas suaves caricias en la zona de mi cuello, las corriente eléctricas que eso me producía hacían que perdiera la noción del tiempo. Después sentí algo húmedo en mi cuello, eran besos. Besos que procedían de Ethan.

—Ethan... —Encogí el cuello.

— ¿Qué ocurre? —Dijo susurrándome al oído. Mordió mi lóbulo flojo y un pequeño jadeo se escapó de mis labios.

Apreté mis piernas lo más que pude porque sentía que me iba.

—Pa-pa-para —Balbuceé y cerré los ojos. Quería apartarme pero mi cuerpo no respondía y mi cerebro no actuaba con normalidad.

—Tranquila —Se posicionó detrás de mí y rodeo con sus manos mi cintura.

Quería irme de ahí pero sus labios en mi nuca hacían que me perdiera.

—Soy...soy...Virgen —Respondí mordiéndome el labio esperando a que se riera de mi pero así no fue.

—Mejor, así podré enseñarte, relájate, yo me ocupo —Dijo quitándose de detrás de mí y poniéndose delante.

Nuestras miradas se juntaron por un momento y vi un brillo en sus ojos, un brillo difícil de expresar.

Se acercó a mí lentamente y comenzó a besarme, era besos dulces, lentos y cariñosos. Al finalizar mordió mi labio y lentamente fue echándome hacía atrás en la cama. Introdujo su mano por debajo de mi camiseta y sentí su tacto, lentamente fue subiendo mi camiseta hasta que acabó quitándomela. Mis manos involuntariamente se acercaron hacía su torso desnudo y empecé a acariciarlo, un jadeo ronco salió de su boca y volvió a besarme esta vez con más pasión, con más necesidad.

Y yo ya no respondía a mis actos, me valió lo que pasara en esta noche, pero era mi noche y no pensaba echarme para atrás aunque fuera mi primera vez. Hay que disfrutar el momento y eso era lo que hacía.

Besé su cuello lentamente pero alzó mis manos por encima de mi cabeza y lentamente fue bajando desde mi cuello hacía mi vientre, el vello no paraba de erizarse en cada roce.

La otra mano que la tenía libre la bajo hacía mi muslo y lo acarició hacía arriba, hasta que me bajó los pantalones. Ahí estaba casi desnuda ante él. Se bajó los pantalones y ya se podía apreciar su excitación con ese bulto prominente.

—Eres súper dulce Molly —Dijo con una voz ronca y acariciándome.

Acabamos desnudos, alzó la mano hacía el cajón y sacó un paquetito plateado, lo abrió y se puso el preservativo.

Suspiré porque ya sabía lo que me esperaba, sabía que este mismo día iba a perder mi virginidad con una persona que nunca llegué a imaginar.

Entonces se posicionó delante de mis piernas y comenzó introducirse dentro de mí poco a poco. Sentía un pequeño escozor y dolor ahí abajo y por la cara de Ethan parecía que le estaba costando hacerlo lento.

Poco a poco entró en mí, nuestros cuerpos fueron uno, sus embestidas hacían que me doliera pero a la vez que sintiera placer, era una mezcla de sensaciones extrañas. Cuando ya me acostumbré a tener algo raro y nuevo dentro de mí comenzaron las embestidas más fuertes. Los jadeos hacían eco por toda la habitación hasta que ambos llegamos al clímax. Ethan calló en mi pecho rendido pero aún dentro de mí, sin embargo yo me sentía Exhausta. Me besó lentamente, besó mi frente y salió de mí llevándose consigo un pequeño gemido.

— ¿Te encuentras bien? —Preguntó observándome.

Asentí.

No podía mover ni un pelo, era extraño, más bien me sentía extraña.

Me arropó en sus brazos y me puso en la cabecera. Observé que en la sabana había una pequeña gota de sangre.

Al ver mi gesto de preocupación me dijo:

—Tranquila, es normal que pase eso —Se quitó el condón, lo lio en un papel y lo tiró a la basura, después se vistió y me lanzó una camiseta, me la puse e hice un gesto de dolor.

Me levanté de la cama y cambiamos las sabanas, Con las sabanas limpias nos acostamos y me acomodé como pude.

Mi mundo era un mundo revuelto, así como mis sentimientos, no sabía que había pasado en ese momento. Así que estaba en shock.

Ethan se tumbó a mi lado y besó mi pelo. Comenzó a acariciarlo y cerré los ojos lentamente, extrañamente me sentía bien, plena, tranquila. Era raro.

*****

Me desperté, miré por encima de mi hombro y ahí estaba él, relajado y sin problema alguno, parecía un adolescente. Me incorporé en la cama y seguí observándole, me llevé las manos a la cabeza.

— ¿Que hice? —Hablé al aire.

Me levanté de la cama, miré el reloj y eran las seis de la madrugada, me dirigí hacía el balcón de la suite, salí y me apoyé en la barandilla.

—No me arrepiento de lo que hice, pero sentí cosas, aquí —Señalé mi estómago como si estuviera hablando con algún ente.

Me senté en el sillón que había y vi el amanecer. Esto será algo nuevo para mí. Seguro que actué bajo los efectos del alcohol aunque mucho no bebí.

El ruido de las sabanas me hizo bajar de mi pequeño trance y lo observé, se había despertado y se estaba dirigiendo a mí. Llegó a mi altura y se sentó a mi lado.

— ¿Qué ocurre? —Dijo con voz somnolienta.

—Nada, quise ver el amanecer —Lancé una sonrisa forzada.

—No te preocupes por lo que pasó anoche, todo está bien —Dijo encogiéndose de hombros.

—No me preocupo —Imité su gesto

—Todo bien —Rodeó mi cuello con su brazo y no tuve más remedio que apoyar mi cabeza en su pecho, besó mi frente y ambos nos pusimos a ver el amanecer.
No dijimos palabra alguna de lo pasado solo me limité a disfrutar.

Dulce tentación (COMPLETA)Where stories live. Discover now