Capítulo 2

36.5K 1.8K 31
                                    


Aparté el incidente que hace unos minutos había tenido y decidí preparar la maleta para mañana, sin embargo opté por  llamar a mamá para darle la noticia.

Cogí el teléfono y me senté en el sofá con las piernas cruzadas, llamé a mamá y al tercero tono lo cogió.

—Molly cariño, ¿Que es de ti?

—Hola mamá estoy bien gracias por preguntar —Dije sarcástica.

—No evadas mis preguntas.

—Está bien, está bien. —Dije rodando los ojos.

—Habla

—Insistente. De mi vida está todo bien, he conseguido trabajo. Y volví a verme con Brais.

—Oh, cariño oír eso me alegra ¿De qué es el trabajo?

— De niñera

—Eso está bien

—Pero es una niñera interna, es decir el jefe me deja dormir en su casa.

—Oh

— ¿Y de vosotros?

—Estamos bien, pero te echamos de menos, a ver cuándo vienes para acá que hace tiempo que no te vemos y el pequeño Álvaro no deja de preguntar por ti, quiere ver a su madrina.

Cuando dijo eso mi madre una pequeña sonrisa se instaló en mis labios.
Como echaba de menos a ese diablillo.

—Reí —En cuanto pueda, te prometo que iré. Por cierto dale saludos a papá, a Nuria y a mi pequeño Álvaro —Dije sonriendo.

—Espera, que Álvaro está aquí, quiere hablar contigo —Le dijo mamá a Álvaro que viniera y se podían escuchar sus pisadas hacía el teléfono.

— ¡Madrina! —Dijo al coger el teléfono

—Hola pequeño diablillo —Reí.

— ¿Cuándo vas a venir?

—En cuanto pueda

—Quiero verte ya

—Y yo pequeñajo.

—No me digas pequeñajo, soy mayor —Dijo enfadado y reí.

—Bueno. Pues grande —Reí por lo que acababa de decir ya que no tenía mucho sentido pero él quería que le dijera eso.

—Eso está mejor. ¡Voy a tener un hermanito! —Gritó y aparté el teléfono de mi oreja, porque tenía buenos pulmones.  

— ¿Enserio? —Me sorprendí por la noticia.

— ¡Siiii! —Volvió a gritar

—No me grites que me vas a dejar sorda

Escuché como le dio el teléfono a mi madre.

—Cariño

—Mamá ¿Es cierto lo del diablillo?

—Sí, tú hermana va a tener un bebé, está de 5 meses y si va a ser otro diablillo —Dijo riendo.

—Me alegro. Felicítala de mi parte. Bueno mamá te dejo que voy a preparar las maletas para mañana, adiós te quiero, y dale muchos recuerdos a todos —Le mandé un beso y me despedí de ellos.

Dejé el teléfono sobre la mesa, me fui a mi cuarto para preparar la maleta, la cogí y la abrí encima de la cama, comencé a llenarla y al terminar la puse a lado de la puerta.

Mañana sería un gran día.

*****

Al día siguiente me levanté por el ruido del despertador, me vestí, desayuné y fui hacia  mi coche para ir a la casa del señor Evans. Guardé mi maleta en el maletero y puse rumbo a mi destino. Encendí la radio y salieron canciones  variadas.

Después de un largo viaje llegué a la casa de Evans; Mi nuevo jefe.

Aparqué enfrente de la casa y bajé, cogí mis maletas. Llegué a la puerta y toqué. La misma señora que me abrió la puerta ayer la abrió hoy.

—Hola cariño. Que alegría volver a verte —Dijo la señora y agarró mi maleta —Veo que conseguiste el trabajo

—Así es —Sonreí.

—No se quedé en la puerta, adelante.

—Llámeme Molly —Le sonreí.

—Adelante Molly —Se hizo a un lado y entré —Ahora te llevo a tú habitación —Asentí y lo observé todo estupefacta, no era la primera vez que veía esta casa, ya era la segunda pero aun así seguía impresionándome.

La señora me hizo una seña y la seguí. Subimos las escaleras, doblamos a la izquierda y ahí estaba mi habitación. Entré y era preciosa, era amplia y solo tenía una cama, un armario, un escritorio y una silla.

—Está un poco sosa, pero puedes decorarla a tu gusto —Dijo la señora —Por cierto llámame Amanda —Sonrió.

—A mí me gusta así —Me encogí de hombros.

—Como guste señorita. Voy a avisar a Evans que ya se encuentra aquí —Dijo y giro sobre sus talones para salir por la puerta.

—Amanda, tutéeme —Le dije y sonreí.

—Está bien, pero si tú me tuteas a mí, que me hables de usted me hace vieja —Dijo apenada y haciendo un mohín con su boca.

—Está bien —Respondí y Amanda salió cerrando la puerta detrás de ella.

Me asomé a la ventana y el paisaje que se veía era precioso. Un lago se veía a lo lejos, encima de las nubes se veía los pájaros volando a ras del cielo. Y la brisa que entraba hacía del paisaje un lugar mucho más relajante.

Abrí la maleta y comencé a sacar la ropa y  colocarla en el armario. Al terminar me senté en la cama,  me tumbé pero tocaron a la puerta y volví a sentarme.

—Adelante —Respondí.

La puerta se abrió y vi una cabellera morena.

—Señorita González, Bienvenida. —Dijo Evans observándome.

—Señor Evans, Llámeme Molly. Gracias por el trabajo —Le sonreí.

—Cuando se instale, salga y le presento a Sophie

Asentí.

Al terminar de acomodar mis cosas salí del cuarto hacía el salón donde el Señor Evans me esperaba para presentarme a la niña.

Me quedé de pie con los brazos cruzados esperándole.

Entonces apareció por el umbral de la puerta con una niña pequeña en brazos la cual llevaba un vestido rosa y un lazo a juego de este. Cuando llegó a mi lado vi a la pequeña y tenía el pelo castaño claro y los ojos azules.

—Molly, ella es Sophie

Le sonreí a la pequeña y me devolvió la sonrisa enseñandome todos los dientes; perfecto y chiquititos.

La agarré y empecé a decirle cosas.

—Voy a seguir con el trabajo, cualquier problema avíseme. —Se acercó a la pequeña dándole un suave beso en la mejilla y su aroma me invadió por completo. Era un aroma varonil y suave —Adiós pequeña, cuando acabé el trabajo papá jugará contigo —Le acarició la mejilla y se fue.

La niña me miraba extrañada.

— ¿Jugamos? —Le dije, pero me sentí algo tonta ya que no sabía hablar.  

La llevé al jardín que tenía la casa y la monté en el columpio. Comencé a pasearla y cada vez que subía o bajaba se reía, que por cierto era una risa muy contagiosa.

Dulce tentación (COMPLETA)Where stories live. Discover now