10. Te amo Simona

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Ya había pasado un mes desde que Dante se había alejado de su familia, sus amigos, su bar. Se encontraba en un motel alejado de la ciudad. Su rutina era dormir todo el día y en la noche salir a bailar. Cada día estaba con una chica distinta, el creía que de esa manera superaría a Simona, pero todas las semanas un día le agarraba la borrachera melancólica y lo único que hacía era pensar en ella y al otro día seguía su vida como los anteriores.

En cambio, Simona y la familia de Dante no paraban de llamarlo preocupados. No entendían porque había desaparecido de un día para otro. Su celular siempre daba apagado. Ya habían hecho la denuncia, pero ninguna novedad llegaba.

Simona y Romeo estuvieron juntos una semana, pero luego cortaron al Romeo enterarse que Lula estaba embarazada y que el bebé que tenía en su vientre era de él. Simona estaba destrozada y necesitaba a Dante más que nunca, se encontraba realmente preocupada, todas las noches pensaba en donde podría estar su mejor amigo.

Esa mañana el agarró sus cosas y emprendió viaje a su casa por el simple hecho que ya no tenía plata para pagar su estadía en aquel motel. En parte se encontraba más relajado, pero no había logrado olvidarse de ella por completo. Él bien sabía que si se encontraba de nuevo con Simona aquellos sentimientos regresarían más intensos que antes.

Agarró su celular y lo prendió. Tenía como 100 llamadas y 200 mensajes de Simona, ninguno lo abrió. Marcó el número de su amigo Blas, en la segunda pitada contesto.

- ¿DÓNDE MIERDA ESTAS? - Fue lo primero que escuchó, alejó el celular para cuidar sus oídos.

-Necesito tu ayuda Blas

Le explicó todo lo sucedido y el no paró de rezongarlo, pero al fin y al cabo aceptó dejarlo dormir un par de días en su casa.

Al llegar a Buenos Aires ya era de noche, pasó primero por su bar como él le había comentado a Blas, a esa hora ya estaba cerrado. Abrió la puerta, prendió las luces y fue directo al escenario. Enchufó el teclado y comenzó a tocar.

-La cura para el mal de amor, y aspirina pa'l dolor que me dejaste, cuando te marchaste. Ya no tengo imaginación, y mis sentidos sólo quieren encontrarte y tú en brazos de otro amante. Y tú dirás que he sido yo, el loco que se equivocó, el que te empujo a los brazos de él y fuiste tú la que se fue- Cantó Dante- Y a ti te digo bye bye bye, por ti yo ya no siento na' y si me vienes a buscar ahora seré yo el que se va-  Simona comenzó a cantar junto a Dante apareciendo desde la puerta del baño, él quedo atónito al verla- Y a ti te digo bye bye bye, por ti yo ya no siento na' y si me vienes a buscar ahora seré yo el que se va- Finalizó Dante.

D A N T E

-Dante...- Susurró ella corriendo a abrazarme, no le respondí, pero tampoco la alejé.

- ¿Blas te dijo que estaba aquí? – Pregunté y ella asintió.

- ¿Dónde estabas? Estábamos todos muy preocupados. Pasaron muchas cosas, me puse de novia con Rom

- ¡No te das cuenta de lo que me pasa no! – Exploté sin dejarla terminar, ya sabía que iba a decir, no quería escucharlo. Ella frunció el ceño confundida al ver mi reacción

- ¿Darme cuenta de qué?

- ¡Te amo Simona, estoy enamorado de vos y lo peor es que vos aún no te das cuenta! - Y sin más que decir me fui, pero su mano me lo impidió. Me agarró fuerte del brazo y me pegó a ella. Me miro fijamente a los ojos, la tenía a tan solo unos centímetros. Podía sentir su respiración entrecortada. Visualicé cada detalle de su hermosa cara para guardarlo en mi memoria. Primero miré sus hermosas cejas, sus ojos color miel, sus hermosas pecas en su nariz, y terminé en sus labios, aquellos labios que tanto ansiaba. Puso sus manos en mis mejillas y juntos sus labios con los míos. Abrí los ojos impresionado, pero en seguida los cerré siguiéndole el beso. Puse mis manos en su cintura pegándola a mí mientras hacía caricias por su espalda descubierta. Puso sus manos en mi nuca acercándome aún más a ella. Comenzó a jugar con mi cabello. Mi lengua se asomó a su boca y las dos comenzaron a bailar lentamente. Nos separamos a falta de aire. Podría jurar que en este momento tenía una sonrisa embobada que desapareció al escuchar esas palabras- Perdón, no puedo- Susurró ella corriendo de mis brazos.

CREO QUE NO HAY NADA MÁS QUE DECIR QUE WOWOWOWOOWOWOWOWOW ahre

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