7. Ángel Guardián

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S I M O N A

Recuerdo cada momento de lo que había pasado en la competencia y siento un vacío enorme en mí. Recuerdo aquella mirada y siento soledad, nostalgia. Ya había pasado un buen rato y no teníamos contacto de Dante; mi preocupación aumentaba aún más.

Escucho voces que provienen del living y sin dudarlo atravieso la puerta en busca de información.

-Dante está grave- Logró escuchar que dice el patrón Diego.

-¿Qué le pasa a Dante?- Pregunté asustada.

-Tuvo un accidente de tránsito. Se golpeó la cabeza, está internado

-Bueno vamos- Dijo Romeo que estaba a mi lado.

-Yo voy con ustedes- Dije rápidamente

Al llegar y luego de insistirle al patrón Diego pude entrar a la habitación en la que se encontraba Dante.

Se encontraba inconsciente por la cantidad de sangre y de medicamentos que le habían dado, prácticamente que estaba drogado. El doctor había dicho que si le hablábamos nos escuchaba.

-Hola Dante, soy yo Simona. El doctor había dicho que si te hablábamos nos escuchabas ¿Por qué te peleaste con Romeo?- Me apretó la mano- ¡Me estas escuchando! Dante, yo te quiero, te quiero mucho

-Simona- Dijo abriendo los ojos lentamente- Tengo que decirte algo que si no te lo digo en este estado, no te lo digo más

-¿Qué sucede?

-Estoy enamorado de vos- Dijo Dante risueño, para luego cerrar los ojos y dormir nuevamente.

...

¿Cómo qué está enamorado de mí? Pero si él es como mi mejor amigo, no puede ser. Además el otro día estaba en la cama con una chica.

Dudas como esas se le pasaban por la cabeza a la chica esta tarde; no paraba de pensar en eso. Los médicos ya habían dicho que hoy o mañana Dante estaría nuevamente en su casa. Simona no paraba de contar las horas para tenerlo de nuevo en la casa para poder bombardearlo a preguntas.

Al otro día tal y como los médicos lo habían dicho Dante se encontraba en la casa.

Simona intentó varias veces hablar del tema con Dante pero cuando el chico le iba a contestar alguien los interrumpía. Pero esta sería la excepción.

Simona entró al cuarto de Dante y tranco la puerta, de esa manera nadie los interrumpiria.

-Oye, ¿qué sucede?- Preguntó el chico confundido al ver lo que la chica hacía.

-Tenemos que hablar Dante, cuando estabas en el hospital me dijiste que estabas enamorado de mí, ¿es verdad?

En seguida el chico tornó sus mejillas en un cálido rosa, comenzó a tartamudear, a mirar para otro lado mientras se rascaba la nuca; claros signos de que estaba nervioso.

-Em... Yo, ¿yo dije eso? Debe de ser un error

-¿Seguro?

-Sí, tu y yo somos amigos- Dijo el chico intentando de ser convincente.

-Menos mal

-¿Disculpa? ¿Tan mal candidato soy?

-¡No! Eres muy dulce y muy lindo, pero...

-Pero estas enamorada de Romeo

Simona sonrió apenada para luego marcharse.

Dante se sentía destrozado, necesitaba calmarse. Comenzó a golpear los almohadones de la rabia que tenía. Esa chica la traía loco, pero ella claramente no tenía ojos para él.

Una semana después...

Minutos antes el patrón Diego se había acercado a Simona pidiéndole si le podía llevar una aspirina a Romeo que se encontraba con mucha fiebre.

Ahora ella se encontraba entrando a su cuarto con un vaso de agua en una mano y una pastilla en la otra.

Lo vió ahí acostado en la cama totalmente pálido, pero aún así con una sonrisa y unas turbulencias en todo el cuerpo comenzaron a apoderarse en ella, porque ni siquiera eran mariposas en la panza, era un huracán que la sacaba de sus raíces.

Se acercó y puso sus labios en su frente midiendo su temperatura, como su madre lo hacía con ella cuando era chica.

Romeo volaba de fiebre. Le dio la pastilla junto el vaso con agua y este se lo tomo.

-Tienes que darte un baño de agua fría Romeo, eso te hará bajar tu temperatura

-No, me quiero quedar acá

Simona ignoró su comentario y lo destapó provocando que este temblara del frío.

-Bueno pero si me acompañas

Simona se ruborizo pero no dijo nada y siguió los pedidos de aquel chico que le gustaba mucho.

Entraron al baño, cerraron la puerta y Romeo comenzó a sacarse la ropa quedando en calzoncillos.

No pudo estar mucho tiempo parado que ya sus piernas comenzaban a moverse como gelatina.

Simona lo agarró y lo ayudó a meterse a la ducha.

Romeo se tropezó y Simona terminó en la ducha junto a él, los dos empapados.

Sintieron la puerta abrirse y la voz de Lula preguntando por su novio; Romeo.

El chico puso su mano en la boca de Simona. Los dos se encontraban agitados.

Lula escuchó dos respiraciones provenir de la ducha, luego miró para un costado y pudo ver la ropa de Romeo.

Cerro bien sus puños tratando de tranquilizarse y corrió la cortina de la ducha.

Se encontraban Romeo y Simona a centímetros de distancia.

Estos se separaron y salieron rápido del baño. Lula los siguió mientras les gritaba enfurecida.

Entre gritos y gritos del los tres, Lula le pegó una cachetada a Simona.

-¡O la echas ya mismo de esta casa o a mi no me ves más! ¡Elegí!

Y en eso, como si el cielo lo hubiera mandado, como ángel guardián de esta chica apareció Dante.

-¿Qué está pasando? ¡Estas loca Lula!

-Lo que pasa, es que esta mucama estaba en la ducha con mi novio. ¿Nunca te enseñaron de que las cosas no se roban?

Y antes de que la cosa empeorase Dante se llevó a Simona a otro lado.

HOLA CHICOSSSS!!!!! Me extrañaron? Mucho tiempo desaparecida.

No he podido escribir porque no he tenido tiempo, y ahora sinceramente dudo que tenga tiempo, porque me voy a de viaje, pero intentaré adelantar algo.

Muchas gracias por todo el apoyo que está recibiendo la novela.

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