Capítulo 7: "Rastros"

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Inko miró la hora y sintió como si una punzada estrechase su corazón, su hijo había salido hace bastante rato y aunque se fuese a cualquier otro lado Izuku era de los jóvenes que solía avisar si se iba a quedar mas tiempo fuera o en casa de algún amigo, pero en un instante mientras hacia la comida sintió aquel dolor en el pecho, su instinto de madre le decía que algo andaba mal y evidentemente no haría caso omiso a ello. Se sentó un momento en la mesa mientras se servía un té hasta que escuchó como golpeaban la puerta de su apartamento con insistencia, eso le asustó un poco, nadie golpearía así salvo si estuviese en un aprieto.

-¿I-izuku?

Murmuró caminando hacia la entrada mientras los golpeteos continuaban y al abrir el pecoso se le tiró encima llorando a mares cosa que alertó de inmediato a la mujer.

-¡Mamá!

Midoriya se aferraba con desesperación a su madre, ahogando el llanto en su pecho, en su regazo sentía seguridad y alivio, algo que en aquellos momentos necesitaba, por su parte Inko estaba preocupada, no sabia que le sucedía a su hijo y cerrando de a poco la puerta comenzó a sobar su espalda, debía calmarse primero ella y calmarlo a el.

-Ya mi niño, tranquilo... estas en casa bebé

Acariciaba a su primogénito y  pudo notar que no traía su collar anti-marca y que en su cuello se lucia una vistosa cicatriz de mordida ya de hace tiempo, eso no evito que a la madre se le llenasen sus ojos de lágrimas, ¿No confiaba lo suficiente en ella como para haberle dicho que ya tenia Alfa?, solo supo abrazarlo con fuerza contra su pecho y llorar con el, ambos por sus propios motivos.

De un momento a otro el ambiente se calmo y de los llantos del pecoso solo quedaban hipidos mientras no soltaba las ropas de su madre, a lo cual ella tampoco lo hacia, no dejaba de abrazarle y de a poco tomo el rostro de su hijo para mirarlo.

-Izuku... ¿Qué paso?, ¿Estas herido?

Simple era aquella pregunta que dulcemente salio de los labios de la mujer denotando preocupación, a lo que las orbes esmeralda de su hijo se volvieron a perlar de lágrimas y se llevo una mano al pecho, en el sector de su corazón.

-Me duele aquí... mamá... duele... duele tanto

Apretó los dientes dejando salir nuevamente esas lagrimas e Inko solo tendió a abrazarle mientras besaba la frente de su hijo. "Pasa por una decepción amorosa", pensaba para si puesto ignoraba toda aquella historia que había detrás, pero de igual forma la marca de  mordida decía mucho mas que una decepción, ahí había algo mas, solo debía ser paciente, tiempo al tiempo, debía esperar a que su hijo estuviese mejor para saber realmente lo sucedido.

-Tranquilo mi amor... ya pasará

Murmuró acariciando la espalda del pecoso mientras que este abrazaba su vientre llorando con mas fuerza. Estaba destrozado y nada remediaría aquello, sentía su corazón roto y sus sentimientos muertos, ahora en su interior solo habían rastros de la persona a quien le dio todo y que le mintió como si nada, a quien juro amar eternamente amaba a alguien mas en secreto y eso es lo que mas lo destrozaba.



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