Me fui a por una cerveza en esa misma fiesta, lejos de los que me traicionaron, y me encontré con Kitty.
Hablamos un poco y no sé qué mosca le picó, pero me arrastró hasta un espacio menos concurrido donde nos besuqueamos como si siempre lo hubiésemos deseado. Quizá yo sí.
Y durante esos minutos estuve en el paraíso.
Tal vez en el fondo seguía sintiendo algo por ella. O quizá se sentía tan bien porque estaba enojado con Sandy.
No lo sabía ni me importaba.
YOU ARE READING
Un frío día de diciembre
Short StoryHistoria corta narrada en fragmentos sobre la vida de Simon Saller, nuestro narrador.