Uno de esos días de entrega de boletas, luego de que papá me abofeteara por levantarle la voz a mamá, me escapé de casa para ver a Sandy.
La encontré en su casa, sola, y me acurruqué con ella en su cama.
Me escuchó, me consoló y luego nos acostamos. No era la primera vez que lo hacíamos. Al principio el sexo no fue tan bueno, los dos éramos inexpertos y nadie nos dio indicaciones, pero fuimos aprendiendo.
Los dos estábamos perdidos, pero juntos parecíamos encontrarnos al menos un poquito.
YOU ARE READING
Un frío día de diciembre
Short StoryHistoria corta narrada en fragmentos sobre la vida de Simon Saller, nuestro narrador.