► ROCKING MY HEART ◄ [ BKDK / Finalizada]

Before to go

"Despedir"
Cómo detesto esa palabra.
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— No quiero que te vayas.

Las palabras escapan de mi boca antes de que pueda detenerlas y termino mordiéndome la lengua por mi impulsividad. Te vas por trabajo, no porque quieras. Es idiota de mi parte retenerte pero aún así lo digo.

Qué necio.

— ¿Me vas a extrañar? — consultas y en la oscura habitación de luces apagadas, no necesito visión alguna para saber que te burlas de mi. Cosa obvia, pues nunca pierdes la oportunidad de molestarme, tachándome de "empalagoso".

No soy empalagoso.
Soy atento y amable. Valores que a mi tozudo novio le haría bien intentar.

Alguna vez,
para variar.

— No preguntes esas cosas... — pido, a sabiendas de lo que quieres, con preguntas de las que ya posees la respuesta.

Tienes más que claro que te extrañaré y sólo quieres que lo diga para aumentar tu ya altísimo ego. Una parte de mí quiere darte el gusto pero la otra, aquella que he desarrollado con el tiempo, sigue enfurecida de que planearas cosas con mi madre a mis espaldas, en asuntos que involucran una enorme suma de dinero.

— ¿Por qué? — vuelves a interrogar, levantándome de a poco la camiseta. Tus manos están tibias y aquella parte racional en mi cabeza comienza a desaparecer.
— Me gusta esta polera, es tan fea que me dan unas enormes ganas de quitártela. — mencionas ronco, levantándola con los dientes.

Creo que ya se me olvidó el lógico y poderoso argumento que tenía. Es injusto, así no se puede pensar con claridad.

— ¡Deja de burlarte! — contesto intentando defender mi camiseta de All Might. Única que no fue tirada a la basura por Ochako, en su intento de renovar mi imagen luego de que te dejara.

Todavía agradezco que no hayas tocado ese tema, pues motivado por mi amiga salí con un par de personas; hombres, claro está. No fue nada serio, pero creo que sería realmente problemático si lo menciono.

En todo caso fueron encuentros de lo más educados. Eres el único animal que conozco al que se le ocurre iniciar un romance con sexo. Tampoco es que lograra atraerme alguien más, eres una persona difícil de olvidar.

— ¿Kacchan?, ¿qué haces? — pregunto cuando noto que comienzas a quitarte la ropa. El sonido metálico de la hebilla de tu cinturón al caer al suelo me provoca escalofríos y no de los malos. Me gusta aquel tintineo, es como la campanada previa a su oscuro juego al que solías arrastrarme y hacia el que ahora me deslizo por cuenta propia. Aún con audífonos me estremezco.

— Intento que dejes tu monólogo mental...

— No estoy en uno. — protesto, distraído en admirar tu piel desnuda y recién recordando que es nuestra última noche así, juntos en esta guarida, la que ya considero más hogar que mi propia casa. Además, me acaban de dar de alta, cosa que significa que hoy no dormiré.

— Claro que lo estás, pusiste esa cara.

— ¿Qué cara? — pregunto tratando de cambiar mi gesto.

Ignoras como esperaba mi interrogante por completo y colocas una rodilla entre mis piernas, entreabriéndolas. Y luego te abres paso sobre mí, haciendo que mi querida camiseta salga volando disparada por sobre mi cabeza.