Foja Nueve: El juicio

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Elizabeth Belfiore apretó con lentitud el botón de stop cuando la grabadora se quedo en silencio, estudiando con cuidado las facciones del detective

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Elizabeth Belfiore apretó con lentitud el botón de stop cuando la grabadora se quedo en silencio, estudiando con cuidado las facciones del detective. Era atractivo, no podía negarlo, incluso cuando tenia el ceño fruncido y la mirada perdida en algún punto del ventanal.

- Ya lo sabe - dice ella acomodando un mechón de su cabello platinado detrás de la oreja 

Georg abrió la boca para hablar, pero inmediatamente quedo sin palabras, obligándose a dar un nuevo sorbo al café helado que traía delante.

- ¿Y que hará ahora? - le presiono la mujer

- De eso hablaban ¿verdad? Cuando los interrumpí en su oficina...

Liz asintió con la cabeza no muy orgullosa de lo que estaba a punto de confesar.

- Lo estaba extorsionando... Sabia que el haría algo así y no estaba dispuesta a callar sabiendo la verdad. No lo tome a mal, no pensaba negociar con el... Quería que... me demostrara hasta donde era capaz de llegar...

Las largas uñas de la rubia peinaron la superficie de la grabadora negra, dándole una muestra al detective de cuanto le había costado mantener en secreto semejante información.

La cinta era clara: en ella se escuchaban las voces de Tom y Bill Kaulitz discutiendo con vehemencia. Bill lloraba y clamaba perdón y Tom solo sollozaba de momentos, incapaz de formular dos oraciones coherentes. El menor de los gemelos indicaba que había entendido algo diferente al pedido del mayor cuando este se refirió a deshacerse de Eloísa y que la situación se le había escapado de las manos, que tenia miedo.

Casi podía hacerse la imagen mental de William Kaulitz arrodillado y aferrado a las piernas de su hermano pidiendo piedad mientras este le acariciaba la cabeza.

- Tom Kaulitz es un idiota...

- Se siente culpable - lo defendió la mujer - piensa que el lo provoco todo y sabe perfectamente que Bill no soportaría estar en ese lugar ni 24 horas. Lo harían trizas.

- Y mientras, el ya sufrió dos intentos de homicidio en la prisión 

- Tom siempre fue muy sensible con Bill... El nunca dirá nada para protegerlo... pero usted...

- No puedo hacer nada Señorita Belfiore...

- ¿Y dejara que un inocente pague las culpas de un desgraciado? 

Listing bajo la vista hacia el suelo y la dejo ahí analizando sus opciones.

- Y resulta ser que es igual a William Kaulitz... Prefiere su reputación a la vida de un hombre

- ¿Y que puedo hacer?

- Haga que me llamen a atestiguar... Necesito mostrar esta grabación a todos

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El salón entero exploto en bullicio cuando Renzo DeWitt bajo del estrado custodiado por dos policías, el uniforme naranja resaltaba su bronceada piel y los enigmáticos ojos verdes le devoraron cuando paso por su lado. Escucho a varias mujeres, partes del publico, suspirar ante la imagen demoledora del traficante y luego detuvo su vista en la curiosa caricatura que plasmaba un periodista de efemérides.

Mientras caminaba hacia el lugar que sus colegas le habian separado mil y un ideas horripilantes pasaron por su cabeza: tal vez debería dejar que todo pasase como hasta ahora, guiado por la mentira y evitar que aquella grabación cayera en las manos equivocadas; pero luego recordaba a Elizabeth Belfiore sentada en el vestíbulo, esperando esperanzada que el cumpliera con su parte del trato.

- Charles... - tuvo que llamar al fiscal dos veces antes de que este le hiciera caso - necesito que hagas algo por mi

- ¿De que hablas Listing?

- Necesito que llames a declarar a Elizabeth Belfiore, tu debes saber alguna forma de poder hacerlo.

- ¿La otra Belfiore? - seguían susurrando - es irrelevante Georg... estamos ganando

- Haz lo que te pido... por todas las veces en las que te he ayudado

El joven fiscal lo vio por sobre sus gafas y tras meditarlo un segundo, sugestionado por la sagaz mirada del detective, pidió al juez el permiso de poder llevar un nuevo testigo al estrado.

- ¿Un nuevo testigo fiscal? - le reprendió el juez - No tengo ningún otro testigo agendado en el pliego

- Es primordial para el caso Señor Juez - titubeo mientras acomodaba sus gafas y le daba un vistazo al detective

- Y bien... ¿de quien se trata?

- Elizabeth Jossephine Belfiore Manoban, su señoría 

El publico empezó un nuevo debate en voz alta, cuchicheando sobre que podría tener que ver la menor de las herederas en el caso; incluso Tom Kaulitz había perdido el color tras mencionar a la mujer, su expresión denotaba enfado y miedo. Georg levanto la vista de el y enfoco un nuevo punto: Bill Kaulitz que estaba sentado en una esquina de la sala, hilvanando ideas del porque su concuñada debería atestiguar. Lucia confundido, por supuesto que el no conocía sobre la existencia de la grabación en donde el mismo confesaba su crimen y en donde ambos gemelos pactaron engañar a la justicia.

Si no lo sabia hasta entonces, la sardónica sonrisa del detective Listing le dio algunas luces.

- ¡Silencio! - pidió el juez llamando su atención - espero que esto valga la pena Señor Fiscal... Llamo a declarar a la Señorita Elizabeth Jossephine Belfiore Manoban

Cuando los guardias de seguridad abrieron las puertas del salón y Elizabeth ingreso con todo el porte y la talla de una estrella de cine, Georg supo que ya no había marcha atrás  


Víctima NecesariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora