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- Espero que esto sea rápido, detective
La rubia y sensual mujer de metro setenta toma asiento con parsimonia, en el sillón de cuero que Georg Listing le ofrece. Inmediatamente su nariz se arruga al detectar el fuerte aroma del café recién pasado y del moho de los anaqueles repletos de documentos.
Al policía le gusta mas entrevistar a sus sospechosos en su oficina que en la sala de interrogatorios, eso le hace sentir dominante, en su terreno; un lujo que solo un oficial de su rango y categoría puede darse.
- ¿Algo de tomar señorita Belfiore?
- Solo agua...
Listing va a su minibar, saca una botella de agua mineral y se la ofrece con la escasa cortesía y delicadeza que posee. Es un hombre desconfiado por naturaleza y con modales bastante bruscos, propios de su profesión.
- Antes de empezar con el interrogatorio me gustaría comunicarle que esta entrevista esta siendo grabada en audio y video
- Como sea - la mujer se encogió de hombros - de todas formas no sé que hago aquí si ya rendí mi manifestación hace una semana
- Tengo entendido que converso con mi colega, el detective Schafer. Bueno... Ahora el caso ha sido transferido a mi despacho así que he decidido conversar con usted personalmente, pero tranquila... Siéntase en la comodidad de una conversación entre amigos.
La rubia frunce el ceño y adelanta su postura hacia en frente.
- Dígame de una vez que quiere saber.
- Sé que cuando ocurrió el crimen de su hermana usted se encontraba en su casa de verano en Costa Azul
- Exacto.
- ¿Cuantos días llevaba usted ahí?
- Casi una semana... Vacaciones forzadas.
- ¿Forzadas?
- Mi cuñado me obligó a alejarme de las oficinas administrativas de la empresa. Llevaba años sin tomar vacaciones y supuso que sería lo mejor para mi salud emocional y la de su mujer, por supuesto
- ¿Su salud emocional? Supongo que se refiere a la no muy cordial relación que llevaba con la agraviada.
- Eloísa siempre fue una mujer muy desdeñosa y jamás se digno en ocultarlo, incluso con su única hermana - se señaló a ella misma - siempre gustó de hacer sentir miserables a todo aquel que se interpusiese en su camino. Pero no espero que los aspectos personales de nuestra relación le interesen a usted más de lo que a mí.
- Se equivoca señorita Belfiore... Me interesan... Muchísimo...
El detective no era conocido por ser una eminencia solo de palabra: La mirada seductora y sus exitosas tácticas de persuasión lo hacían letal y contundente.
