Capítulo 18

5.5K 527 57
                                    

Caminábamos en silencio mientras nos dirigíamos a nuestro encuentro con los corsarios. La noche había caído por lo tanto éramos alumbrados por un par de antorchas. Una de ellas la llevaba Camila al frente del grupo y la otra estaba en manos de Shawn, quien se encontraba caminando detrás de todos. Se suponía que de esa manera no llamaríamos tanto la atención, aunque yo todavía tenía mis dudas. No podía creer que dos luces en medio de un bosque no llamaran la atención de alguien, simplemente era imposible que no lo hiciera.

A lo lejos se escuchaban aullidos de lo que suponía eran monos, grillos cantando y por supuesto el sonido que hacían nuestras pisadas contra las ramas y hojas secas. Conforme ibamos avanzando me daba la sensación de que nos observaban pero decidí ignoralo, probablemente eran ideas mías debido al miedo que sentía. Mi cabeza estaba trabajando más de la cuenta en este momento, imaginando diferentes situaciones de cómo podríamos acabar...

Y en ninguna salíamos bien.

Tragué grueso, sacudiendo mi cabeza para intentar alejar los pensamientos negativos.

Escuché algo justo a mi lado, había sido un movimiento entre la maleza. Me detuve un momento para mirar pero por lo oscuro que estaba y apesar de tener un poco de ayuda con las antorchas no pude ver nada. Con miedo me alejé de allí, colocándome más al centro del grupo. Tal vez así me sentiría un poco más segura.

De repente un grito hizo que me sobresaltara y me quedé en mi lugar, inmóvil.

–¿Qué fue eso?–pregunté a nadie en particular, mirando en todas direcciones.

Una mano en mi espalda baja provocó que diera un pequeño saltito y soltara un grito ahogado.

–Tranquila, solo son los nativos de la isla–me dijo Shawn con una sonrisa–Si quieres puedes quedarte a mí lado. No te pasará nada, yo te cuido–finalizó, extendiendo su mano.

Bien esto era un poco extraño dado a la situación en la que nos encontrabamos y no me refería a este momento precisamente, sino más bien a lo que había ocurrido hace un par de noches de lo cual seguía sin recordar absolutamente nada. Cosas como esta me hacían confirmar que yo tenía razón.

Otro grito.

–A la mierda...–tomé su mano apretandola con más fuerza de la necesaria.

Escuché su risa a mi lado pero no le di importancia, el miedo podía más. Me dije a mi misma que si lograbamos sobrevivir debería aclarar todo con él.

Todo el camino lo pasé tomada de su mano y cuando finalmente vimos una especie de campamento, me soltó. Acercándonos un poco más pude notar las cabañas de madera y pequeñas tiendas improvisadas. Solo unos cuantos hombres merodeaban por ahí, cumpliendo con su guardia nocturna. Probablemente los hombres restantes estaban todos durmiendo, lo que era bueno para nosotros ya que nos daría de cierta manera una ventaja sobre ellos.

Camila dió órdenes en voz baja y pronto todos se apresuraron a cumplirlas. Comenzaron a encender más antorchas, ahora casi toda la tripulación tenía una. La castaña se colocó delante del grupo y con un grito alzó su espada, dando a entender que ya era la hora.  Inmediatamente sus hombres imitaron su grito de guerra, corriendo hacia el campamento francés. Entre todo ese mar de piratas terminé siendo arrastrada, quedando fuera del bosque que antes nos ocultaba.

Observé con horror como algunos miembros de la tripulación atacaban a los tipos que habíamos visto minutos antes mientras que otros se encargaban de quemar las tiendas y cabañas. Los gritos desgarradores no se hicieron esperar, indicando que la masacre ya había iniciado. Y no pude hacer nada más que paralizarme en mi lugar. Los franceses empezaron a salir de sus camas, tosiendo y cubriéndose las narices debido al humo que provocaba el fuego.

Sueños de agua (Camren)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon