~Capítulo 1.

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El periodico decía que se presentara con referencias y habia un número telefonico al que llamo tras considerarlo un par de minutos. La persona que contestó le dijo que debía ir preparado para una posible audición. Lo había planeado todo muy bien, el espectaculo, las palabras.

No había persona que no se maravillara con su acto. Y era muy bueno haciendo que las personas siguieran sus palabras. Costumbres que había adquirido desde muy pequeño.

Caminó por las calles de Nueva York, el sol contra la acera, contra sus brazos desnudos y quemando la tela de su camiseta. Frente a él se alzaba el imponente edificio con largas puertas de madera, balcones y tantas ventanas que prefirió no hacer el intento de contarlas. El puente del recibidor era de seda blanca y tenía grabado el escudo del hotel: llamas de fuego, y en letras grandes y de color negro el apellido de la familia y nombre del hotel: LIGHTWOOD.

Entró con un saludo de la cabeza para el portero.

Era impresionante el interior. Una enorme estatua de ángel había en el centro del vestibulo, como una fuente, las impresionantes alas parecian plumas con ojos. Todo dorado, como si se tratara de oro puro. El piso parecía ser de cristal cuarteado, pero era solo una ilusión. Grandes muros con luces blancas, y unas elegantes escaleras con una suave alfombra de color coral. El techo era una impresionante nave que dejaba pasar la luz del sol con una suavida acogedora.

Había varios huespedes caminando de un lado por otro, algunos recien llegados, otros yendose y algunos más como si simplemente quisieran grabarse la magnitud del lugar.

-Buenos días.

La recepcionista alzó la vista, apartandola de la computadora. Era una chica morena con los ojos y el cabello de color marrón.

-Buenos días, ¿tiene una reservación?-preguntó la chica.

-No, he venido por una entrevista de trabajo, paras las 10:25.

-¡Oh! ¿Cuál es su nombre?

-Magnus Bane-contestó, sonriendo.

-Bien, señor Bane, yo lo acompañaré a la oficina del señor Lightwood. Un momento por favor.

La chica se giró hacia otra recepcionista, le dijo algo y después se reunió con Magnus. A él le pareció que era una adolescente, tal vez estaba haciendo practicas ahí. La siguio por el pasillo, pasó por una puerta que daba a un enorme salón de coferencias, otro salón de eventos y una puerta más que daba a unas escaleras de caracol que llevaba a un segundo piso. Por ahí subieron, la chica llamó una sola vez la puerta.

-Adelante-se escucho una voz.

La chica abrió la puerta y entró, indicandole a Magnus que pasara detrás de ella.

-Buenos días, señor Lightwood. Su cita de las 10:25-señaló a Magnus con un gesto educado de la mano.

-Gracias, Roberts. Te llamo si te necesito-dijo el hombre sin alzar la vista de sus papeles.

-Con su permiso-dijo la chica, Roberts. Le sonrió a Magnus y salió del lugar.

Al escuchar la puerta cerrarse alzó la vista. Su expresión fue de extrañeza, pero rapidamente la disfrazó con seriedad.

Magnus esperaba eso. Él era muy extravagante en su atuendo, era amante de la moda y de su propio estilo. Catarina, su mejor amiga, siempre hacía algunas burlas pero cuando tenía un evento importante solía acudir a él para ayuda. Magnus no entendía como él y ella aun eran amigos, aunque probablemente era porque una estudiante de medicina necesitaba un amigo como Magnus para divertirse. En ese momento Magnus llevaba pantalos blancos, una camisa rosada, zarcillos en las orejas, una cadena dorada alrededor de su cintura, anillos de brillantes colores, lentes de sol negros y el cabello con un tinte de fantasia en color verde solo en algunos mechones.

~Extasis de ángel~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora