Blaze | Cavalcanti 2 |

25. Un final... feliz.

—¿Vamos? ¿A qué te refieres con vamos? —interrogo desconcertado—. ¿Los dos?

—No te preocupes por los detalles —me dice Jaul—. Traeremos a tu esposo de vuelta, es lo que tienes que saber... y después de eso será mejor que ambos busquen alejarse de tu familia, porque es lo que terminará con ustedes tarde o temprano... casi nadie en esa familia es lo que parece.

—La familia Cavalcanti tiene integrantes iguales o peores a Gennaro —mi madre me dice, mirándome fijamente y con seriedad, pero también con un dejo de compasión en sus ojos—. Te sorprendería, Bernardo... si quieres mantenerte alejado de eso, te sugiero que dejes el negocio familiar, porque si no es esta persona, será la siguiente hasta que ya no puedan vivir en paz... no hablo por tu padre, pero tú definitivamente deberías alejarte.

Mi cerebro hace click inmediatamente después de escuchar eso... claro, ya entiendo por qué esta persona sabía todo acerca de nosotros, cada paso quedamos, cada lugar al que íbamos, si lo pienso bien, las únicas cosas que no sabía eran aquellas que planeábamos en casa... tenía acceso a toda mi información porque de hecho es dueño de todo el edificio... mi tío está tratando de sacarme del camino y no puedo creer que no me diera cuenta. Actuó tan bien, con un perfil bajo, no llamando mi atención, jamás me hizo la vida difícil, era cortante y era obvio que no aceptaba mi matrimonio con Demian ni que hubiésemos adoptado a Rose, pero no decía nada al respecto... pero era él todo este tiempo.

—¿Por qué no decirme que quería que dejara el puesto? —interrogo, caminando lejos de mamá entonces, pasándome una mano por la cara—. Podría haberme dicho que no estaba contento con mi presencia en la empresa, que no me quería allí, tiene el poder para sacarme sin esfuerzo ¿Por qué ser tan cruel?

—Porque así es como los Cavalcanti piensan... —mamá responde, acercándose a mi—, si él estuviera en tu lugar, no dudaría en quitarte del camino para conseguir lo que quiere... es justamente como Gennaro, tiene las mismas ideas, la misma actitud, que nunca haya matado a nadie por mano propia no lo hace mejor que él.

—Le daré todo lo que quiera, puede quedarse con todo —espeto—. Dejaré mi puesto, me iré de Nueva York si es posible pero quiero a mi esposo de vuelta.

—El problema es... —Jaul suspiró—, que no es tan fácil... él no está buscando solo bienes materiales, ya habría llamado para negociar de ser así, se habría revelado, él quiere vengarse de ti de manera personal y eso es peligroso teniendo a Demian bajo a su poder.

—Por Dios... —paso mis manos a través de mi cara, suspirando, mis lágrimas salen de la frustración y la impotencia que siento—. ¿Desde cuándo sabían esto ustedes?

—No estábamos seguros sobre él pero la gente a la que contrató no es la mejor del mercado, son meticulosos pero no lo suficiente, pudimos averiguar quiénes eran y mediante un contacto para quien trabajan actualmente —Jaul responde—. Blaze, tienes que mantener la compostura en estos momentos, sé que es difícil, pero lo importante es que lo traeremos de vuelta... estamos trabajando en ello.

—Disculpa por no poder mantenerme tranquilo, Jaul —le digo, subiendo la mirada hacia él—. Le confié la seguridad de mi familia a tus hombres y Demian no está, deberás entender que no es fácil.

—Ahora que sabemos quienes son, es pan comido —mamá pasa su mano por mi rostro suavemente, pone una sonrisa cálida y besa mi frente como nunca antes lo había hecho, resulta demasiado extraño pero al mismo tiempo me calma un poco—. Todo estará bien.

—Vámonos, es hora —Jaul le dice después de mirar su celular.

—Espera... —se me ocurre una pregunta antes de que pueda salir de la casa, tomo la mano de mi madre y la aprieto—. Solo quiero saber si aquella noche... eras tú, cuando le dispararon a Gennaro antes de que pudiera dispararme en la cabeza.