Él alzó una ceja, retándolo y esa mirada determinada no le dio buena espina. YoonGi contuvo su aliento cuando el chico decidió alejar la mano que se posaba en su abdomen y llevarla, muy lentamente, hasta el borde de su camiseta. Kim pasó los dedos tentativamente por el borde, trazándolo de derecha a izquierda y cuando finalmente llegó hasta el otro lado de la tela, lo tomó entre sus dedos y lo levantó un poco, exponiendo solo una pequeña porción de blanca piel.

Se quedó inmóvil. Una parte muy grande de sí mismo sabía que debía decirle que parara, que lo que menos necesitaban los dos en ese momento era algo de contacto físico y que ambos eran conscientes de lo mal que les había ido la última vez que intentaron tener algo.

A pesar de que sabía que estaba cometiendo un error, permaneció en silencio, su mirada moviéndose de los dedos del menor en su abdomen hacia la mirada del chico posada fuertemente en ese pequeño espacio de piel desnuda. Ni siquiera era un gran trozo, bueno, no hasta que vio al chico tragar grueso antes de subir un poco más la camiseta, hasta que estuvo un poco más arriba de su ombligo.

Escalofríos lo recorrieron de pies a cabeza y fue vergonzoso que no hubiese podido frenar a su cuerpo de mostrarlos. NamJoon volteó a verlo a los ojos en cuanto pareció sentir la breve vibración que dejó escapar su cuerpo y YoonGi sintió su cara enrojecer.

Bien, si NamJoon quería probar un punto, ya lo había hecho.

- Ok... - dijo, odiando que una sola cosa tan pequeña como esa, hubiera hecho que su cuerpo reaccionara de esa manera - quizás sí es una posición vulnerable. Ganas -. Dijo, sabiendo que si no paraba en ese instante, iba a hacer cosas que no sería prudente hacer.

En lugar de responderle, NamJoon puso su palma completa contra su piel y acarició suavemente en la zona, haciéndolo sentir temeroso pues con sólo eso, NamJoon podría incluso lograr que cierta parte se endureciera y de verdad, nadie quería ver eso.

Pero el tacto era tan ligero, tan dulce que YoonGi quiso que el chico siguiera tocándolo. Estaba a punto de dejar de pensar en nada más que no fuese NamJoon.

Las manos de Nam se sentían ásperas contra su piel, tocando lento pero ansiosamente  por todo lugar desnudo ante él y cuando su dongsaeng volteó a verlo directamente a los ojos, YoonGi contuvo la respiración al notar el deseo que se reflejaba en su mirada.

- No, tú ganas - dijo, con la voz más ronca y áspera de lo usual y eso hizo que Yongi sintiera que ya no podría evitar una erección en los próximos segundos - quien está en una posición vulnerable soy yo.

NamJoon lo miró fijamente, haciendo que YoonGi se sintiera expuesto, desnudo ante esos hermosos ojos y quiso no pensar tanto, quiso decirle a ese hombre que le regalara un beso, solo uno porque estaba realmente necesitándolo.

Aspiró con fuerza cuando él  llevó su mano más allá de la piel expuesta, subiendo con sus toques por debajo de su camiseta hasta llegar a su pecho. Se estremeció cuando el menor pasó tentativamente por uno de sus pezones.

- Eres tan hermoso - dijo NamJoon con esa jodido voz ronca, acomodándose un poco mejor al lado del cuerpo del rubio y pasando su palma ahora por todo su torso desnudo. No supo qué responder, así que se puso rígido cuando sintió que su cuerpo comenzaba a reaccionar.

Le llevó todo su autocontrol, no tirar a NamJoon sobre su espalda y cubrirlo con su propio cuerpo. Escalofríos lo recorrieron cuando el menor tomó uno de sus pezones entre sus dedos y tiró de él suavemente. No pudo evitarlo, sintió su sangre hervir y cuando se dio cuenta, su pene estaba duro y listo para tomar lo que sea que fuera.

- Deja de jugar - advirtió entre dientes el rubio cuando el chico jugó un poco más en su pecho, sin embargo, en lugar de apartarse, se vio a sí mismo alzando un poco más su camisa, dándole el acceso que el chico quisiera.

Insulin by Mink (NamGi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora