21. ¿Acaso perdía algo con intentarlo?

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YoonGi y NamJoon se dirigían hacia el apartamento, iban a hablar sobre lo que sea que  tuvieran  que hablar y por fin tomarían una decisión con respecto a lo que había  ocurrido entre ambos.

Iban en un taxi, YoonGi no había querido exponer a NamJoon a una fatiga innecesaria y aunque sabía que el menor no debería si quiera estar en la calle, ahí iba él, con los nervios de punta, totalmente consciente de la cercanía del menor.

Con cada metro que avanzaban, el corazón de YoonGi se hundía cada vez un poco más.  Había estado sufriendo, durante los últimos días ese dolor se había multiplicado y detestaba saber cuál  era la opción que tenían.

No había un futuro para ambos, al menos no juntos y ya era hora de que Min madurara y entendiera que en la vida real, nada bueno salía de mezclar la amistad con algo más.  Al final alguien debía sufrir y no se necesitaba de una gran ecuación matemática para  descubrir quién  terminaría con el corazón roto y quién seguiría normalmente con su vida.

Rayos, eran tantas cosas que de pronto no supo cómo iba a afrontarlo. Recién habían lanzado el disco, eran un dúo de artistas que debían trabajar mano a mano para conseguir lo que deseaban, incluso si YoonGi decidía irse del apartamento, aún estaría la música de por medio.

Su corazón  se hundió en su pecho cuando el taxi estacionó en la acera enfrente de la casa. No se había atrevido a voltear a ver a NamJoon ni una sola vez y el silencio era espeso dentro del auto.

- Muchas gracias - dijo cuando pagó la suma por el servicio.

NamJoon aún lucía algo pálido, pero estaba casi al 100%, al menos parecía  casi recuperado. YoonGi no podía dejar de pensar que quizás, en menos de unos 15 minutos, a lo mucho, NamJoon sabría exactamente lo que pensaba sobre él y sobre la propuesta de sexo que había rechazado.

"Propuesta de sexo"... Rayos,  ni siquiera podía llamársele por otro nombre y por tonto y doble moral que sonara, se sintió sucio al recordar que con NamJoon sería eso, sería sexo.

Sus manos temblaban ligeramente cuando abrió la puerta de la casa y se quitó los zapatos. NamJoon le seguía de cerca, a sólo un par de pasos.

- ¿Quieres algo de café? - preguntó, intentando aligerar la presión que sentía alrededor. No fue capaz  de voltear a ver a su dongsaeng, simplemente fingió interés en colocar   en la mesita cercana,  las pocas cosas que  había podido agarrar antes de salir.

- No, hyung, quiero que hablemos.

Tragó grueso, NamJoon sonaba decidido y YoonGi aún no podía hacer que sus piernas dejaran de temblar como si fuera un mocoso de 15 años. Suspiró y tragó grueso, debía admitir que tenía tanto miedo. Le daba un miedo enorme separarse de NamJoon, eso era todo lo que nunca había deseado, lo que había intentado evitar desde un principio, cuando se negó a mostrar su enorme afecto a su dongsaeng.

¡Cuánto daría por poder regresar el tiempo! Entonces se buscaría un novio, uno muy lindo y nunca hubiera tenido el tiempo ni las energías para posar sus ojos en NamJoon.

- Siéntate. - Dijo, señalando brevemente el sillón en la sala. Miraba atento al menor, con tal de detectar si algo le dolía, pero todo parecía estar bien físicamente con él.

Aunque deseaba no tener que mirarlo a la cara, se dijo que debía actuar como un hombre de 20 años e hizo todo lo posible por mantener su rostro  sereno, cuando se sentó en el mismo sillón que señalaba, al otro extremo.

El menor asintió y tomó lugar. YoonGi podía sentir la incomodidad en el ambiente, su corazón latía tan rápido que agradecía que el  hombre no pudiera escucharlo.  No sabía bien qué debía decir, la enorme pérdida que estaba por confirmar, no le dejaba pensar con claridad.

Insulin by Mink (NamGi)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt