"El amor es confinamiento y posesión, pero dedicación y libertad es la poderosa sangre de los bellos humanos.
Enamorarse de la dulce sangre de la sirvienta, implica morderla gentilmente y convertirla en tu propiedad."
-Primera temporada de la saga...
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Todo fue repentino. La atmósfera del azabache, llegaba a crear gran tensión en el ambiente.
—¡APARTENSE!—ordenó frívolamente.
—¡S-Sii!—su acción fue mirar con terror los tenebrosos ojos rojos del Uchiha—¡Vámonos!
Y huyeron de aquel lugar. Los únicos espectadores eran el azabache, la inconsciente pelirrosa y la pelirroja quién ciertamente y con solo ver su sola expresión, sabía que estaba en problemas.
—S-Sasuke—sama-dijo con falsa inocencia.
El giró su rostro a ella sin expresión, pero con el solo color de sus ojos rojos oscurecidos, a causa de la ira, la hizo sentir como si hubiera hecho algo fuera de sus principios, y en contra de su amado príncipe.
—¡No tomes decisiones, ni hagas cosas innecesarias por mi!—respondió con frialdad.
La pelirroja se sintió decepcionada por que su plan no resultara como lo había anticipado.
—¡Pero! ¿¡No era esto lo que usted quería?!—protestó con duda.
El callo unos breves instantes, y el enfado nuevamente lo invadió.
—¡VETE!—demandó.
La chica entendió que su prioridad era el príncipe, y si el lo ordenaba, lo haría por el...
—B-Bien...—dijo frustrada.
El último sonido, fue el impacto de las puertas chocar el una con la otra. El azabache observó el débil cuerpo de la pelirrosa. Y su acción fue acercarse y ahuecar su rostro entre sus manos y apreciar los daños hechos, en especial la de su frente. Aún había sangre seca, sonrió para sí mismo y por la testarudía de la chica, y lamió la herida con gentileza, la cual suturó en un santiamén.
—¡Ugh!—expresó la pelirrosa al principio con dolor.
Poco a poco, la oji-jade fue reanimandose, fue entonces que realmente abrió por completo sus ojos topándose con el azabache, quien la miraba con una sonrisa soncarrona por expresión.
"...¿Es él?..."
Se autocuestionó.
—¿Ya debes haber soportado suficiente no es así?—concluyó —Te daré otra oportunidad para que supliques, lo pasado, es pasado conste para mí.
El pelinegro esperaba mas que ansioso su respuesta, ella negó.
—No es más que disculparse ¿¡Hasta cuanto tiempo más piensas soportarlo?!— añadió con enfado.
—Es mi...—comenzó a hablar débilmente— dignidad como ser humano...
