🌹Pétalo 6🌹

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【 A l i c e: 】

—Que te importa Subaru —Subaru gruñó por el comentario de Ayato.

—Tsk —Subaru se acercó a mi y me jaló con brusquedad del brazo.

—Tu vienes conmigo —me miraba con frialdad y odio.

—Oye ¡ella tiene que venir con su majestad!

             El ambiente se volvió muy pesado, sentía que los dos vampiros en cualquier momento se arrancarían la cabeza mutuamente.

—Ella se condeno a estar a mi lado por siempre cuando me eligió a mi —me sorprendieron sus palabras. A decir verdad, no era algo que Subaru diría.

            Ayato se acercó hacia nosotros y me arrebato del agarre de Subaru, el de ojos verdes fulmino con la mirada a su hermano menos y luego sonrió con burla.

—Idiota, perdiste ese derecho cuando se convirtió en nuestra “hermana” —esto era muy, pero muy raro.

           Me aparte de Ayato y me aleje poco a poco de los dos, sus miradas se posaron en mí y sentía como perforaban mi alma.

—Ayato, no me siento bien, lo dejaremos para la próxima.

           En cuanto dije eso Sali corriendo de ese lugar, si se mataban al menos no quería estar presente cuando lo hicieran, corrí lo más rápido que pude hacia mi habitación, pero no alcance a llegar a medio camino cuando me choque con algo muy duro provocando que callera al suelo con fuerza. Me queje del dolor que sentí por el impacto y alce la mirada encontrándome con esos ojos escarlata que aceleraban mi corazón.

—Subaru…

—Tú vienes conmigo —me tomo del hombro y me levanto del suelo con su característica brusquedad.

            Me tele-transporto hasta el patio, específicamente en su jardín de rosas. Comencé a sentí miedo y e involuntariamente ya estaba temblando, sabía lo que me esperaba y porque me había traído a ese lugar. Era hora de decirle adiós a mi imperfecta sangre y que esta manchara las rosas que el albino detesta tanto como a mí.

—No Subaru por favor no lo hagas —sólo que quedaba rogarle.

—Estúpida… ¿crees que tus suplicas te servirán? Ja, si que eres idiota —sacó su brillante daga de plata.

           Tomo mi muñeca y la extendió mi brazo, remango mis mangas y coloco la punta de la afilada daga en mi palma. Paso con lentitud rebanando mi frágil piel, la sangre no tardo en salir de la cortada, era demasiada, lo suficiente como para hacer una película de horror.

—¡Me duele! —grité mientras soltaba un par de lágrimas.

—No me interesa, a nadie le importa si mueres o sufres. Yo te lo advertí, soy un monstruo, atente a las consecuencias de tus actos —dijo mientras hacia pasar mi palma bañando en sangre las puras rosas blancas.

            Como era de esperarse no tarde en marearme, mis piernas comenzaron a flaquear. Subaru me sujeto de la cintura, aun no terminaba de regar sus preciadas rosas con mi sangre.

—Desde el momento en el que dijeron que eras pura y hermosa justo como estas rosas te odie. La única pura y hermosa era mi madre, pero mi padre le quito esa pureza. Te odio tanto como odio a mi padre y a estas rosas, te odio al igual que odio a mi madre, es algo curioso ¿no lo crees? La persona que mas me hizo daño y la que más odio es también la que mas amo.

Y así como a ella la marchitaron yo también lo haré contigo❞

Rosas manchadas || Subaru Sakamaki ||Where stories live. Discover now