🌹 Pétalo 4 🌹

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Narra Alice:

     No estaba del todo desmayada, aún podía escuchar las voces de mis amigas, podía sentir como me agitaban y trataban de hacerme reaccionar.

    La voz masculina de Subaru inundó mis oídos.

—Tsk ¿Qué le sucedió?

—Venía corriendo y se desmayó... —el tono de voz de Alondra era de preocupación.

—Por favor Subaru-sama llévela a la enfermería. —Star Suplicó.

—Tsk, que molestas son. —Subaru habló con irritación.

     Sentí como me tomaban y me alzaban cargándome al estilo princesa, su perfume inundo mis fosas nasales, ¡Joder!, porque no tuve que estar "consiente" para ver su hermoso rostro.

     Percibí el frío tacto de la camilla de la enfermería, mi mente comienza a dormirse y yo sedo con ésta, al menos agradezco estar un poco consiente cuando me cargó...

(...)

         Las voces que escuchaba estaban distorsionadas, sólo veía luces, al principio todo era borroso pero al abrir mis ojos por completo y ponerle más atención al ambiente pude ver a Reiji y Subaru hablar, al parecer Reiji regañaba a Subaru ya que la cara de enojo de éste era muy visible.

          Tosí con fuerza llamando la atención de los presentes, Reiji se acercó a mi y me ayudó a sentarme en la camilla en la que estaba acostada.

—¿Cómo te sientes? —preguntó el azabache inspeccionándome.

—Con mareos. —era cierto miraba todo doble, como si hubiera estado combinando bebidas alcohólicas en mi sistema.

—Te he dicho que no corras cuando te sientes mal. —me regañó el mayor, en estos momentos sólo quería ir casa.

—Solo quiero ir a casa. —dije suplicante en un susurro. El de lentes suspiró mirándome.

—Subaru, lleva a Alice a la mansión.

—¿Por qué no la llevas tú? —el menor preguntó irritado por el mandato que se le impuso.

—Porque yo tengo que cuidar a los irresponsables de tus hermanos.

         El menor de los vampiros se acercó a mi y me tomó de la mano tirando de ésta, por poco y caigo al piso. Ya levantada me tomó de las piernas y espalda y me alzó como hace rato. Sí esto sigue así me marearé más seguido.

          En cuestión de segundos me encontraba en mi cuarto, el albino me dejó en la cama y se dio media vuelta para irse.

—¡Subaru espera! —el albino paró su caminar para mirarme.

—No me quedaré contigo si es lo que quieres. —te juro que te dejo en ridículo por eso.

—¿Qué? ¿Quedarte conmigo?, ¡No!, yo solo quería que me pasar as mi computadora. —el mayor me miró desconcertado como si lo que dije no se lo esperaba y obvio que no se lo esperaba.

          El vampiro tomó mi laptop y me la dejó en mis muslos.

—Yo no entiendo como les puede gustar estos aparatos.

—Son geniales, puedes hacer miles de cosas con ellos. —el albino me miraba con un toque de interés.

—¿Cómo qué? —se sentó en uno de los bordes de la cama mirándome.

—Escuchar música, ver vídeos, entrar en redes sociales, investigar cosas para la escuela, etcétera. —hablaba mientras escribía cosas en la laptop —. ¿Quieres intentar? —le ofrecí el artefacto.

—No, yo ya me voy. —se levantó de mi cama y se marchó.

           Suspire agotada y dejé el aparato aún lado mío, cerré mis ojos con la intención de dormirme, en unas horas más llegaría la nueva novia y obviamente yo la tendré que instalar, mostrarle la mansión y decirle las interminables reglas de Reiji.

(...)

          Me encontraba sentada en uno de los sillones individuales esperando a que la nueva novia llegase, llevaba más de media hora esperando.

—¡Agh no puedo esperar! —grité molesta.

          A lo lejos visualice a Ayato que iba rumbo hacia su habitación.

—¡Ayato! —el peli'rojo volteó y caminó hacia mi con sus aires de grandeza.

—¿Qué quieres? —me pregunta con ego.

—Juro que seré tu sirvienta por una semana si te quedas aquí a esperar a la novia. —supliqué poniéndome de rodillas con cara de perrito mojado.

—Un mes y es un trato. —eso es mejor que nada.

—Trato. —le levanté y le di la mano mientras huía al patio —¡Gracias Ayato! —le grité mientras me alejaba más.

           Al llegar al jardín me senté en el césped mirando las bellas rosas rojas. De todo el jardín éstas eran mis favoritas porque Subaru no me obligaba a mancharlas.

          El sonido de alguien gritando me alarmó haciendo que me levantara rápido de mi asiento. al aparecer la nueva novia había llegado y Ayato le dio muy buena bienvenida.

          Entré en la mansión a paso rápido, al llegar a la sala vida a todos los chicos acorralando a una rubia de ojos rosas tan preciosos, la pequeña chica se tapaba medio rostro con una cruz de plata.

O no, que ingenua.

Rosas manchadas || Subaru Sakamaki ||Where stories live. Discover now