Capítulo 6

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La muerte camina en los amplios pasillos del salón sin orden. La reina Carmesí viene a poner orden, sus pasos elegantes y tranquilos inundan el lugar de un ruidoso silencio. La pequeña gota de sangre que cada dos pasos cae de la punta de su dedo indice, la calida sonrisa que termina en una comisura manchada en negras pesadillas, el vestido meneandose al ritmo tranquilo de las palpitaciones. Nada frena a la reina, ella gobierna aquí, ella a renacido y con su paso firme y inquietante se acerca al trío de alicias, quienes con horror la esperaban.
Nadie podía culpar su mirada oscura, más que aquella alma oscura que tramo esa trampa, la reina no parece enojada, más bien aliviada y muy reconfortada, levanta a la altura de su mejilla una llave, una que sin ser demasiado inteligente sabrías que es de la puerta que esta a las espaldas de las rubias y la morocha.

- ¿Que pasa Alicia? Y me refiero a todas aquí. -dijo con tono desafiante- Se ven pálidas, aunque no tanto como les gustaría. Esta es la llave, pero antes de darles la salida quiero que hagan algo, veo muy bien la marca en su mano malditas crías, ese diamante compartido que cada una lleva en su mano, se que mi querido caballero ya no está aquí, y son ustedes el diamante rojo que ahora tomó su lugar. Así que eh de pedirles un favor, Alicia, la más reciente invitada en mi reino, quiero que a ella se le entrege la marca de la diosa Pica, y que finalizada la coronación se me De el poder de arreglar este mundo, de crear un gran y feliz reino, un extraño país que seducirá a sus habitantes y sus Alicias sin que nadie más tenga que esconderse ni morir.

Por un momento la gemela mayor quiso decir algo, pero la reina no se lo permitió, sus ojos oscuros sin rastro de iris, como si fuera pura pupila oscura y siniestra. Ver sus ojos era como Ver el pozo más profundo que puedas imaginarte, sentías que estaba vivo y que te comeria, que te arrastraría y aun huyendo de el esté nunca te dejaría. Así de poderosa era la mirada de la reina roja, quien ahora es la portadora de la pesadilla, o la pesadilla en si.

- La montaña del té, allí devería estar el símbolo, llevenla y hagan que encuentre su papel en esta obra, y una ves finalizado yo llevare el trono a la montaña blanca detrás del castillo, el punto más alto y lúcido de este mundo, donde ella me dará la corona y pondré un final feliz a este mundo. -sólo dijo eso y arrojó la llave al aire, donde unos hilos y humos espesos formaron una pequeña ave negra, que voló Hasta desacherse y dejar la llave en manos de nuestra Alicia.

La reina sólo volteo y camino mientras de otras incontables sombras salían marionetas guardianes y le acompañaban Hasta el final del pasillo donde la puerta antes bloqueada ya estaba funcionando.

Ni una palabra se dijo mientras salían de allí rápido, almenos no una de la boca de la niña de pelos negros, solo las gemelas repetían una y otra ves que jamás le darían poder a la reina, quien sabe que cosas haría, y según ella no podían fiarse de su palabra.
Fue entonces cuando pregunto si era posible despertar sin la Alicia original o su reencarnación. A lo que las gemelas le dijeron que si era posible con los cuatro sellos.

La Otra AliciaWhere stories live. Discover now