Cartas Para Una Princesa

#4

21 de Julio.

¿Desde dónde me encuentro escribiéndote esta vez? En el hospital, no les he informado aun a mis padres porque lo más seguro es que tomarían el primer vuelo con destino a California y conozco mi asma así que no quiero que se alarmen por nada, ya estoy ben.

¿Recuerdas que te dije que la fraternidad es una gran familia? Pues mi opinión no ha cambiado, aquella noche dormí en la habitación de los gemelos ya que los estaba ayudando a estudiar para su examen de algebra.

En la noche no sé qué me paso, pero tuve un ataque y el asma había vuelto, ese era mi secreto que había preferido no contarles, pero decidí esto porque hace años no me daban ataques así que no lo vi necesario sin embargo ayer mis expectativas cambiaron. Al parecer uno de los gemelos seguía despierto estudiando los apuntes que les explique en medio de la madrugada, me escucho murmurar por un rato pero creyó que era normal pues su hermano solía hablar solo mientras dormía cuando eran pequeños, luego empecé a removerme entre las sábanas hasta que desperté agitado, no podía respirar sentía que me ahogaba, tosí varias veces mientras sentía una opresión en el pecho así que sin saber cómo reaccionar despertó a su hermano y llamo a algunos de los chicos que como él seguían estudiando a esas altas horas de la noche.

Para mi desgracia había olvidado en mi casa el inhalador de emergencia que siempre traía a todos lados por recomendación del doctor, que estúpido fui, ¿Cómo pude olvidarlo?

Tuve miedo, se me dificultaba poder respirar y me desesperaba no poder hacerlo así que no me tranquilizaba y solo lo empeoraba, solo veía el pánico en la mirada de James Granger al no saber que hacer hasta que Chad llego y les ordeno sacar su auto para llevarme al hospital una vez verifico que no había llevado mi inhalador de emergencias.

Antes de que el gemelo se diera de mi cuenta de mi situación un pensamiento fugaz cruzo por mi cabeza, la muerte y sonará exagerado, pero pensé que estaba solo creí que nadie me escucharía como si estuviera en medio de una habitación completamente vacía comuna luz tenue y ahí intentando respirar sin éxito estaba yo. Pero no fue así, James dejó su tarea y acudió a mí, cuando no supo que hacer despertó a su hermano, el caso es que los chicos que estaban despiertos subieron a ver qué pasaba, pero fue Chad el que supo controlar todo el espectáculo que sucedía en la habitación de los Granger y me tranquilizó hasta que pude volver a respirar un poco.

En el hospital, el doctor que me atendió fue muy amable después de regañarme por olvidarme de mi inhalador de emergencias, sus palabras fueron ''no importa que haya pasado toda una vida sin que te den ataques de asmas nunca debes olvidar tu inhalador, el asma podría volver en cualquier momento como hace unas horas''. Me dio un nuevo inhalador por si volvía a tener otro ataque y otro de emergencias que tendría Chad.

Así que ahora estoy descansando un poco y me las ingenie para conseguir una hoja en blanco y una pluma y así es como estoy escribiéndote desde una habitación en el hospital.

Odio los hospitales, tú lo sabes, no me traen buenos recuerdos sino todo lo contrario fue en un hospital que perdí a mi abuelo y también me hace un recordatorio del lugar donde te encuentras ahora siendo retenida en medio de un sueño muy largo. Solo quiero irme, no soporto el aroma habitual de los hospitales y sus paredes totalmente blancas, su comida es buena pero tan solo estar en una camilla me recuerda a mi abuelo y a ti, tan débiles, tan pálidos.

Ay, discúlpame si algunas letras no se ven bien, no pude evitar que mis ojos se empañaran por las lágrimas retenidas y una cuantas de ellas se escaparan haciendo que algo de la tinta se corra, sigo siendo un desastre, ¿no crees?

Estoy con una ropa más cómoda que trajeron los gemelos James y Jeff, y hablando de los reyes de Roma acaban de volver, tengo que irme porque ya soportaré un minuto más en este hospital.

Hasta pronto, princesa.