Capítulo 9

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-No sé cómo reaccionar, ¿entiendes? –Yo muevo mi cabeza de un lado al otro, negando –es cierto, aun no encuentras al príncipe negro –Lily pasa sus manos por la cara, frustrada.

-No, no te entiendo, pero lo que si entiendo es que tú, querida amiga, tienes una presa muy difícil, eso es lo que entiendo –ella bufa y yo rio.

-Pero ella es… –se queda callada por un instante –rara –me rio, ella me mira y me lanza el cojín del sofá.

-¡Oye! –Le tiro el mismo cojín –ella no es rara. Solo que la pobre es un poco lenta.

-¿Lenta? ¿Hablas en serio? –ella ríe mientras yo asiento.

-Andrea ni siquiera tiene idea de que a ti te gustan las mujeres, tiene un novio del cual no está enamorada, con todo eso, y tú, Liliana Paola Craft Army, le dices rara –tomo su mano y la aprieta –solo dale tiempo, de verdad ella lo necesita.

-Voy a intentarlo –ella aprieta de nuevo mi mano –pero por Dios Lara, ella es especial, ¿entiendes? –yo sonrío, es la primera vez que Lily esta así por una mujer.

-Lo hago, pero dale tiempo, ¿sí? –Ella solo asiente –bien, ahora vamos a hacer la tarea –me levanto y ella protesta.

-¡Lara! –grita mi nombre, yo sonrío mientras ladeo mi cabeza, esta mujer me va a sacar de quicio.

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  -¿Y bien? –Mi mamá me mira frunciendo el ceño – ¿Cómo estas con Roberth? –a mi madre le brillan los ojos. Eso es la cosa más tierna que he visto.

-Muy bien –me dice mientras sonríe y se sonroja.

-Me gusta Roberth –le digo y ella me mira sacando sus ojos como plato.

-¿En serio? –Solo asiento – ¿no te molesta que salga con otro hombre?

-No entiendo de donde sacaste eso, pero no, no me molesta, al contrario, me alegra. Por Dios mujer, solo mírate, eres demasiado bella como para desperdiciar –sonrío, mamá toma mi mano.

-¿Y tú? –Aprieta mi mano – ¿algún chico? –me ruborizo y por mi cabeza pasan las pocas escenas que Trevor y yo hemos tenido.

-Mamá, yo… –no encuentro palabras, ella ríe y asiente.

-Con que si hay un chico –no hace falta la respuesta por mi parte, simplemente ella ya lo sabe – ¿es tu amigo? –frunzo el ceño –con tu amigo que me dijiste, cuando venias a casa –solo asiento, mamá suelta mi mano y grita, hace que salte por el pequeño susto, no esperaba una reacción así.

-Mamá –trato de callarla, pero es imposible –mamá –vuelvo a decirle y rio un poco, esta mujer está loca.

-¿Es guapo? –pregunta, mientras se coloca a mi lado.

 -¡Mamá! –grito.

-Es cierto, obvio que debe ser guapo, mi hija es hermosa, por lo menos mi yerno debe ser guapo –saco los ojos como plato – ¿Cuándo puede venir a casa? –siento que me pongo roja.

-Mamá ni siquiera somos novios –le digo –somos… –ni siquiera sé lo que somos.

-Amigos, lo sé –dice mamá interrumpiendo –pero igual quiero conocer a mi próximo yerno –ella esta seria. Miro al techo ¿Dios, por qué no me diste una madre normal?

-Mamá yo… –el timbre suena, suspiro y mamá va hacia la puerta. Me recuesto en el sillón, pongo mi brazo en mis ojos.

-¡Lara! –Escucho a mamá gritar, quito mi brazo de mis ojos y la veo correr hacia mí con una sonrisa – ¡Lara! –la miro con el ceño fruncido, estoy segura de que voy a quedarme paralizada con mi ceño.

-¿Qué pas… –pero mamá me interrumpe

-¡Hay un chico guapísimo afuera y está preguntando por ti! –me rio.

-¿Un chico guapísimo? –le pregunto, ella asiente rápidamente, parece una colegiala.

Me levanto del sofá y mientras me voy acercando a la puerta trato de buscar en mi cerebro cualquier chico guapísimo. Abro la puerta y mi mandíbula se abre de golpe.

-¿Qué haces tú aquí?

-Quería verte –su voz hace que tiemble.

-¿Verme? –este hombre está loco.

-Sip, verte –me sonríe de lado y me derrito.

-Lara espero que lo hagas pasar –escucho a mamá decirme.

-No, mamá –digo y ella bufa.

-¿Te das cuenta lo tarde que es?

-No contestabas al celular –se encoge de hombros –así que decidí venir a verte.

-Se está cargando –explico.

-Bien –ambos nos miramos, es demasiado alto para mí. El color azul de sus ojos realmente me hipnotiza, posa una mano en mi mejilla, amo ese simple gesto.

-Trevor deberías irte

-No quiero

-¿Por qué no?

-¿Qué me hiciste? –pone su frente junto a la mía. Nuestras miradas siguen conectadas.

-No te entiendo.

-Ni yo –ambos reímos.

-Esto es estúpido.

-Mucho más que eso.

-Te tienes que ir –le digo muy a mi pesar.

-¿Es eso lo que quieres? –ahora pone su otra mano en mi mejilla.

-No –y me besa, sus labios encajan con los míos. Son dulces, perfectos. Hacen que toda mi piel se erice, escucho que mamá gritar y ambos nos separamos. Trevor se ríe y yo siento el color carmesí en mis mejillas.

-Creo que mi suegra nos vio –le doy un golpe en su brazo y el ríe aún más.

-Ni si quiera somos algo, Trevor –alzo mi ceja, golpe bajo amigo.

-Tienes razón.

-Nada de suegra ni yerno –me doy vuelta y abro un poco la puerta.

-Pero eso no significa que no podamos ser algo –su voz hace que pare de inmediato. Mi corazón late a mil por hora.

-No lo creo –escucho sus pasos acercase.

-¿Estas segura? –su aliento y su perfume hacen que realmente pierda la conexión cerebro-lengua.

-Yo… no lo sé –con eso abro totalmente la puerta y la cierro, me pego a esta y me siento en el suelo. ¿Qué está pasando?

Frustrada me levanto del suelo y me dirijo a las gradas, necesito ir a mi cuarto.

-Me gusta –mamá comienza a hablar pero yo sigo subiendo –aunque necesita ayuda –me paro en seco –se nota que necesita ayuda, está roto.

-No lo creo –doy media vuelta y la veo –él está bien.

-De eso no hay duda, pero Lara, no estoy hablando de algún daño físico –frunzo el ceño –Lara, él te necesita.

-Mamá, Trevor y yo no somos nada.

-Ese beso no fue nada –bufo y sigo subiendo –lo único que te digo Lara es que pienses bien las cosas –mamá sube las escaleras hasta llegar a mí –no siempre va a ser fácil, él es un chico que solo necesita luz, y tú, para bien o para mal, eres su luz –mamá me da un beso en la mejilla y sigue hasta su habitación.

¿Soy su luz?

HAZME PECARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora