Los gemelos Malfoy

52

Evan avanzó por pasillos para ir a la sala común de Gryffindor, pero alguien lo tomo del brazo deteniéndolo, al voltear una oleada de pánico lo invadió.

—Evan—susurró Harry—. ¿Qué te ha pasado? No eres el mismo de antes

—No lo entiendes Harry, tienes que alejarte de mí lo antes posible. —trato de soltarse—. Soy peligroso

—¿Te hicimos algo? ¿Hermione, Ron o yo hicimos algo que te hizo sentir mal?. —trato de entender el cambio de actitud de Evan, pero el chico volteó la mirada y Harry pudo notar algo en su cuello—. ¿Qué tienes ahí?. —se acercó más y vio que era un moratón

—Nada. —Evan lo tapo con su mano

—Alguien te está haciendo daño. —Harry pareció entender el cambio de actitud

—¡No!. —Evan se soltó lo más fuerte que pudo—. No sabes lo que estoy pasando, soy peligroso Harry

—Si me dijeras que te ocurre podríamos ayudarte, somos tus amigos. —cada vez Evan se alteraba más y si no se iba de ahí, sería capaz de decirle todo

—No necesito tú ayuda, si no fuera por ti nunca hubiera pasado todo eso—gritó Evan y salió corriendo hacia el baño que estaba en el segundo piso, se sentó y puso su cabeza entre sus manos

Mi nombre es Ethan Malfoy
Soy de la casa Gryffindor
Mi hermano es Draco Malfoy
Soy cazador del equipo de Quidditch de mi casa
Soy un animago

—Mi nombre es Ethan Malfoy
Soy de la casa Gryffindor
Mi hermano es Draco Malfoy
Soy cazador del equipo de Quidditch de mi casa
Soy un animago
Soy un mortifago
Sigo las órdenes del señor tenebroso
Tengo sólo una misión
Terminar con Harry Potter—susurró recordando todas las torturas que pasó por más de una semana

(****)

Los últimos días los decretos se hacían cada vez más, por ejemplo, la prohibición de los productos de "Sortilegios Weasley" y hace un día pusieron un decreto sobre una nueva brigada para atrapar cualquier acto que violara los decretos hechos por la suma inquisidora.

—Apúrate Neville, tenemos que llegaremos tarde a la práctica del ejército. —se escuchó hablar a un chico, Evan, que se encontraba detrás de un sillón perdido en sus pensamientos como últimamente lo hacía, escucho a ambos chicos

—No vayas—se susurró tratando de combatir a su consciencia, pero al final se levantó del lugar y con cuidado comenzó a seguir a Neville

Dieron vuelta por el pasillo y vio cómo se detuvieron frente a una pared para que después se abriera delante de ellos.

—La sala de menesteres. —Evan había oído sobre ese lugar pero nunca lo había visto con sus propios ojos

Regresó la mirada para ir de nuevo a la sala común, sólo esperaba poder tener la suficiente voluntad para no delatar a sus amigos.