CAPÍTULO 1.

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Casi nunca recuerdo lo que sueño.

No sé si es bueno o malo pero hasta esta misma mañana no me lo había preguntado.

Estaba sentada en el borde de mi cama y sentía como un remolino revolvía mi estómago. Era una sensación extraña. Mi cuerpo parecía advertirme de algo que fuese a suceder. Mi mente recordaba con una bitidez casi irreal un riachuelo, unos campos verdes y un frescor mañanero que hasta estaba consiguiendo que mis vellos se erizaran. Solo había sido un sueño, pero era como si los fotogramas pasasen por mi mente uno a uno. Mi respiración agitada, un fuerte dolor y correr, correr y correr hasta que mi cuerpo se veía rodeado por unos brazos fuertes que me atrapaban y una sensación de seguridad y amor me embriagaba.

Solo era eso, un sueño, pero no sé si por la poca costumbre de recordarlo o por querer que en mi vida sucediese algo emocionante, necesitaba analizarlo.

Estuve haciéndolo un rato antes de decidir arrancar aquel día lleno de decidiones que tomar.

Poco a poco me fui desperezando.

Tenía que ir a la facultad a ver si ya había salido la nota de mi examen de Historia de la Lengua Inglesa, después tendría que llamar por teléfono a Elisabeth para que me contara qué tal anoche en la fiesta de empresariales. La dejé con Manuel y no me fío de lo que pueda haber hecho, no se quiso venir conmigo, está encaprichada de ese tal Manuel y normalmente con dos copas se le suelta la lengua y no se le suele resisitir ningun cuerpo serrano que se precie.

Después tendría la entrevista en la oficina de viajes Tour-World, que tanto he estado esperando. A ver si me puedo sacar una pelas extras antes de terminar la carrera y así poder pagarme el viaje que Elisabeth y yo llevamos planeando varios años por toda Europa.

Esto me dio la energía que necesitaba para saltar de la cama, me puse mi bata y abrí la puerta para ver si no había moros en la costa, normalmente a esta hora de la mañana ya todos se han ido a sus tareas.Alicia se levanta tan temprano que no es ni de día, dice que va a estudiar a la biblioteca porque por las mañanas es más tranquila y después se queda en la facultad hasta la hora de comer, la verdad es que se come bastante bien en Psicología. Javier trabaja en una cafetería que le quita bastante tiempo para poder estar en el piso y cuando vuelve con sus libros por la noche, cae rendido en el sofá y hay que despertarlopara que se vaya a la cama, no sé como puede estudiar Educación Física y trabajar de camarero, ese chico me sorprende día a día con su tenacidad. Carlos aún estará durmiendo, dice que ya casi no tiene clases que sólo le quedan dos exámenes. Normalmemte se le ve bastante tranquilo, no sé si es porque su padre es uno de los mayores benefactores de la Facultad de Económicas o porque realmente no le importa mucho lo que le pase en un futuro, él ya lo tiene solucionado.

Me meto en el cuarto de baño, y ahí estoy yo, Elsa Sainz, una chica del montón de tez morena con el pelo negro y liso (aunque ahora no lo prezca) y ojos verdes con alguna que otra oscuridad por eso de los exámenes que entristece mi mirada un poco.

Consigo por fin ducharme y el agua cayendo por mi cuerpo renueva toda esa apatía de la mañana, salfo del cuarto de baño con mi albornoz y mi toalla azul en la cabeza para que la mascarilla que acabo de poner jaga efecto y los tirones no sean muy dolorosos.

-¡Elsa! -no me había dado cuenta pero Carlos estaba despierto con su pijama de rayas y su torso a medio tapar en medio de la cocina con su tostada de pan de molde en la mano y su mejor sonrisa de mañana.

-Buenos días, no te había visto, pensaba que estaba sola -Digo sabiendo que él jamás se levanta antes de las once de la mañana.

-Anoche te fuiste pronto de la fiesta.

Una alumna difícil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora