Capítulo 7 - Let it be

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Es lunes, he quedado con Lidia de ayudarla a escribir la carta para Ángel en la escuela. Me ponía muy incómoda hacerlo, pero quiero ayudarla.
Aunque me desanimaba un poco, mis intenciones eran buenas.
Aunque algo estaba claro, y era el hecho de que se me estaba acabando el tiempo.
Realmente no quería ir a la escuela y lidiar con todo eso, pero tenía que ir. Después de todo, tenía trabajos por entregar.
Así que traté de poner mi mejor rostro, y me preparé para ir a la escuela.

-¿Tienes algo?- pregunta mamá.
- No nada- dije mientras me miraba al espejo.
- No dormiste bien, se nota. Dime, ¿que pasa?- exclamó al acercarse.
- Mamá, ¿que pasa cuando tengo que decidir entre lo que quiero o hacer lo correcto?- dije con un rostro de preocupación.
- Bueno Olivia, son cosas muy distintas. El querer es un sentimiento, mientras que el hacer lo correcto es un deber, ¿Qué crees que valga más en la vida?.- preguntó.
-¿El sentir?- dije, dudando de mi respuesta.
-Así es corazón, eso es más importante, de eso se apoya todo en la vida. La base de una persona es el sentir. Sin el, no podriamos ser humanos ni equivocarnos, así como tampoco ser conscientes y aceptar nuestros errores. Más que nada, no podríamos amar.- dijo apoyando su cabeza en mi hombro.
-Gracias mamá- dije mientras la abrazaba.

Las palabras de mi madre me habían ayudado muchísimo, ahora tenía claro lo que tenía que hacer. Debía guiarme por mi sentir.
Pero mientras tanto tenía que seguir buscando respuestas para tomar una decisión.

Pero mientras tanto, tenía que sobrevivir a este día en la escuela sin cruzarme con Ángel por miedo a que me hablara y que Lidia se diera cuenta de lo que oculté. Así como también ayudarla con su carta para Ángel. Lo cual realmente me hacía sentir mal.

Bajé las escaleras, me despedí de mamá. Y salí de casa. Había decidido caminar hasta la escuela, para así poder aclarar mi mente.
Llegué a la escuela y con un suspiro en mi mente dije: "Tú puedes Olivia".
Entré a mi Salón y estaba Lidia esperándome con una hoja blanca en su banca junto con un sobre. Al parecer ya tenía todo listo.
Mi amiga pelirroja Laura aún no llegaba.
- Hola!- dijo Lidia.
-¿Qué tal?- dije haciendo un saludo con la mano.
- ¿Me ayudas?- preguntó.
-Claro- dije con una sonrisa.

Realmente no fue algo fácil, ya que Lidia no sabía siquiera que decirle a Ángel. Por lo cual comencé a escribir lo que yo quería decirle.
Escuchaba a Lidia hablar pero realmente no le puse mucha atención ya que estaba escribiendo su carta. Las palabras salían por si solas, había mucho que decir. Ya que siempre que lo observaba notaba algunas cosas en él. Incluso sin conocerlo tanto.
Notaba que cuando estaba nervioso metía sus manos en sus bolsillos del pantalón. Que sus ojos eran muy grandes y bonitos. Y si hablabas con el, te prestaba su atención por completo, al igual que miraba tus labios. Muy malo para los chistes pero aún así los hacía.
Todo eso con solo observarlo al rededor de dos meses.

Terminé la carta y me sorprendía todo lo que había escrito, realmente sabía muchas cosas de él sin conocerlo. Me preguntaba sobre cuáles otras no sabía, que misterios había en el.
Pero sabía después de todo que no podría saberlo. Pero bueno, no me iba a tocar a mi averiguarlo. A alguien más le correspondería eso, tal vez a Lidia.

Terminé de leerla y se la di a ella, por ver su cara llena de ilusión sabía que le había encantado todo lo que había escrito en la carta. Me abrazó y se fue feliz.
Me sentía tan mal en ese momento, había recordado las palabras de mi madre y sentía como estaba regalando mi sentir, a través de esa carta, pero tenía que hacerlo.

Las horas se pasaron muy lentas, pero cuándo llegó la hora de salida me sentí muy aliviada.
Después de todo al menos había cumplido con no toparme con Ángel.

Sólo anhelaba el fin de semana para sentirme tranquila y pensar mejor que tenía que hacer, pero apenas era lunes.

Caminé para tomar el Bus lo mas rapido posible y me puse los audífonos para escuchar música. En el camino escuché una canción de The Beatles llamada "Let It be" la cual me ayudó.

Realmente tenía qué: "Dejarlo ser"...


Escribiendo El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora