Lamentos

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Se que dije que la publicaría si España ganaba contra Rusia, pero como no me pareció justo que perdiera, ya que los rusos jugaban 11 más los árbitros, tampoco me parece bien dejaros semanas de suspenso. Disfrutadlo y a llorar.


Me desperté sentada en el suelo, abrazando el estuche que guardaba la trompeta que Doug utilizó antes del tiroteo. 

No recuerdo cuando me dormí, ni como llegue aquí. Sólo recuerdo cuando cerró los ojos, como esas maquinas chillaron y que me echaron de la habitación hace horas. Un recuerdo furtivo de ese sueño, más bien una memoria desde que lo conocí, cuando me defendió, el baile en el castillo, nuestra primera cita, cuando me pidió salir, nuestro primer beso, hasta nuestra pelea y como lo ignoré por la mañana. Ahora pienso en lo idiota que fui, nos peleamos por nada, le dije de todo sin importarme lo que pasara, lo ignoré hiriendo su corazón todavía más y en este momento quisiera volver al pasado decirle que lo amo, pero el orgullo habló por mí y resuenan en mi cabeza mis palabras hirientes y certeras, acuchillando y rompiendo a mi corazón, ese que quiso hablar y no lo dejé yo.

Las lágrimas rodaban por mis mejillas, caían sin ningún control, ningún médico salia, nadie pasaba por ahí, estaba sola, abracé la funda imaginando que era él, sollocé mil veces sabiendo que de nada servía, pero duele tanto, pasaron los minutos me llegaban cientos de mensajes de todos  y siempre coincidía la pregunta que hacía que me temblara el corazón.

Siguieron pasando las horas, cada vez era más pesado, los médicos no hablaban, sólo se escuchaba mi llanto,  pensé que estaba sola hasta que oí otros llantos de dolor. Miré al frente vi a su padre llorando mares, sus tíos intentaban ser fuertes, pero poco aguantarán. Siguieron pasando las horas hasta que un médico salió, abracé con más fuerza aquella caja que todavía olía a él, el medico habló diciendo que estaba estable, pero no sabían si algún día despertaría. Mis manos temblaron, enterré la cabeza en la funda llorando sin control y aunque eran buenas noticias no podía quitarme de la cabeza lo peor. 

Pasaron los días, iba a verlo a diario, con la esperanza que despertara, siempre era igual. El anillo pasó a ser mi accesorio primordial, no quería la corona sentía que era parte de la isla, esa  que me hizo callar aquel día. 

Un buen día, después de dos exhaustivas semanas desde aquel fatídico, entré como siempre a su habitación, me senté en una silla a su lado y empecé a hablarle, como lo hacíamos semanas atrás, le conté sobre la tienda, los pedidos, intentando fingir una de mis mejores sonrisas, como si no pasara nada, le conté que ya estaba preparando el vestido de novia y que lo necesitaba... Sin previo aviso me eche a llorar recostándome en su pecho rogándole que despertara, sabía que era inútil, pero necesitaba hacerlo. Seguí llorando por minutos, hasta que noto una mano sobre mi cuello, su mano intentando consolarme. 

One-shots DevieWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu