Confiar.

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~Poché~

—Te amo María José —Expresó recargando su cabeza sobre mi hombro mientras me abrazaba.

—Yo te amo a ti mi amor —Hice mi cuerpo para para atrás en busca de sus labios.

Sonrió después de aquel beso volviendo a abrazarme.

Cuando conseguimos aclimatarnos con respecto a la temperatura del océano nos sumergimos por completo y nadamos por algunos minutos.

—Saldré un ratito me siento agotada —Anunció Calle caminando a la orilla.

Asentí volviendo a sumergirme, relajé mis músculos sobre el agua y me mantuve escuchado del ambiente natural, la marea de aquel lugar era tranquila así que no corría algún peligro por ser revolcada por alguna ola.

Cuando el sol estuvo a punto de ocultarse salí del mar y me fui a sentar a lado de Calle quien miraba concentrada las tonalidades que el cielo brindaba en ese fin del atardecer.

Recargué mi cabeza sobre su hombro fijando mi mirada sobre el cielo, entrelacé mi mano a la de ella y esperamos a que oscureciera.

—¿Quieres que prepare algo para cenar? —Rompió el silencio posando su mirada sobre mí.

—Sí, yo te ayudo —Confirmé poniéndome de pie tendiéndole mi mano para ayudarla a incorporarse.

Entramos a la casa y antes de pasar a la cocina llegamos al baño, nos dimos una ducha rápida para quitarnos los restos del agua del mar. La miré de los pies a la cabeza en cuanto se deshizo del traje de baño que había usado.

Al darse cuenta de eso sonrió bajando las tiras del mío antes de quitarlo por completo.

—Me adelantaré para empezar a preparar la cena, ¿Sí? —Cuestionó depositando un beso sobre mi nariz. Asentí viendo ahora como salía de aquel cubo y con una toalla empezaba a rodear su cuerpo para finalmente enrollarse en ella.

—No te tardes mucho —Dijo finalmente antes de salir.

Me quedé ahí parada bajo la regadera unos minutos más pensando en el poder que tenía Calle sobre mí. Podía hacer de lo más sencillo algo hermoso y perfecto, al mismo tiempo su presencia me daba paz y estabilidad; cuando estaba con ella me sentía completa, me sentía real y vaya que ya tenía mucho sin sentirme de esa manera.

Cerré la llave del agua acercando la toalla que quedaba a mí. La sujeté alrededor de mi cuerpo y salí a la habitación.

Como esta mañana, Calle había dejado un pijama sobre la cama para que la usara.

Terminé de secar mi cuerpo enfundándome aquellas prendas, el clima era templado, aunque el rato que estuvimos afuera dejó evidente el calor de la zona. Sequé mi cabello con otra de las toallas encaminándome a la sala.

Me perdí mirándola, parecía estar muy concentrada en lo que preparaba.

—No te oí venir —Expresó volteándose, traía una pijama rosada que la hacía ver bastante tierna.

—¿Te ayudo con algo? —Ofrecí mi poco conocimiento dentro de la cocina recargando mis codos sobre la barra sin perderla de vista.

—Ya terminé —Me dedicó una sonrisa acercándome un platillo exótico que contenía lechuga y algunas semillas.

—Que rico se ve —Mencione levantando mis cejas.

—Pruébalo — Me alentó y casualmente terminé haciéndole caso.

Aunque fuera una especie de ensalada como cena estaba muy buena, comimos sobre uno de los sillones de la sala mientras hablábamos sobre lo que haríamos al siguiente día.

Quiéreme otra vez.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang