Seychelles.

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~Calle~

—Hoy aprenderé —Respondió guiando el vehículo a la orilla, se subió y en seguida me pidió que lo abordara.

La observé aún con duda y con lentitud caminé hasta ella.

—Poché, no sé si esto sea seguro, ya es noche y creo que podríamos morir —Expresé mi sentir de ese momento y es que no sabía si estaba con la idea de mi sueño pero no estaba dispuesta a morir con ella, no después de haber hablado tantas cosas.

Sonrió bajándose, extendió su brazo buscando mi mano y fue que la sujeté. Me guio lo que faltaba para llegar a la moto volviéndome a pedir que subiera.

—No creo que defiera mucho de una moto terrestre, tranquila —Comentó después de convencerme, sonreí nerviosamente observando como ella se subía y se sentaba frente a mi.

—¿Y sabes manejar una moto cualquiera? —Pregunté al escuchar como encendía el motor.

—Te sorprendería saber todo lo que he aprendido en estos meses, sostente de mi —Hice caso sujetando ligeramente su cintura, hasta que sentí como empezó a avanzar fue que me aprensé a ella rodeando en su totalidad su abdomen.

Sentí la brisa del mar desde mis pies hasta mi cara debido a la velocidad que llevábamos fue algo que disfruté demasiado, el miedo se había ido ya que por suerte las luces de la moto iluminaban lo suficiente como para no dirigirnos a la nada.

Recargué mi cabeza a la espalda de Poché sujetándola con mas fuerza, suspiré profundo mientras cerraba los ojos y una sonrisa se apoderaba de mi rostro.

Estar con ella me hacía bien, de alguna manera el tiempo en el que habíamos estado separadas se había vuelto nada y ahí estábamos juntas, en medio del océano Índico.

Negué sobre sus espalda abriendo los ojos sin creer que la tenía frente a mi, en seguida escuché que me preguntaba si todo estaba bien.

—Todo está mejor que bien —Respondí cerca de su oído viendo como su piel se erizaba después de dejar un beso sobre la parte trasera de su cuello.

Su cuerpo reaccionó tras ese acto y me pareció divertido volver a hacerlo.

—Calle, me estás desconcentrado —Sonrió girándose para verme de reojo.

—Esa es la idea —Dejé un tercer beso sobre su piel sintiendo como la velocidad con la que íbamos comenzaba a disminuir, —¿Qué pasa, por qué te detienes? —Pregunté mirando que aún a nuestro alrededor solo había agua.

—Te dije que me estabas desconcentrando —Habló girando levemente su torso para poderme mirar a los ojos.

—Si quieres que te pida perdón no te pediré perdón porque esa era mi intención —Sostuve mordiendo mi labio inferior.

—No quiero que me pidas perdón —La alcancé a oír antes de sentir una de sus manos sobre mi nuca acercando mi cabeza a ella. Sentí como sus labios se adueñaron de los míos al tiempo en que mis brazos se adecuaron a la posición que ahora tenía su torso, con una de mis manos tomé su mejilla dejando mi dedo pulgar sobre su barbilla siguiente el movimiento que aquel beso marcaba.

Se alejó un poco de mi y se giró para acomodarse a la posición que tenía inicialmente. Levanté una ceja al darme cuenta que pensaba dejarme así.

Volví a sentir el movimiento de la moto sobre el océano aprovechando el momento para volver a besar la parte baja de su nuca.

Como vi que no me hizo caso decidí intentar algo mejor y me dispuse a subir ligeramente la playera que tenía buscando sentir su abdomen.

Quiéreme otra vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora