Cap.2 "Directo a México"

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—Hiro...  Hiro...  Es hora de despertar    — Tocando la mejilla del menor.

—Hmm....  Cinco minutos más Baymax— Sé jala más las sabanas, para taparse completamente.

—Vamos... Hiro,  si no llegaras tarde al viaje hacía México — Dijo Baymax aún tocando la mejilla del menor, aunque este debajo de las sábanas.

Hace un ruido con su boca y dice sarcástico — Huy si,  me emociona ir a México a conocer a puro indio—.

—Bien,  entonces te alistare yo mismo— Después de decir eso,  Baymax quitó las sábanas y tomó a Hiro con sus brazos de malvavisco.

—¡Baynax,  ¿qué crees que haces?! —El pelinegro estába haciendo esfuerzo para salir del agarre de su robótico amigo,  pero sus intentos eran en vano.

—Un buen baño,  hace que el enojo diminusca y te mantenga despierto todo el día —Decía eso mientras abría el garrafo de la regadera.

—¡Espera,  Baymax yo lo puedo hacer!— Dijo mientras intentaba aún zafarse del agarre del robot.

—De acuerdo — Lo suelta y se dirige a la puerta,  para mirarlo. —Recuerda que debes tallarte y limpiar bien tu cuerpo,  además tus partes íntimas,  porque es una parte muy sensible y se puede acumular... —.

—Si,  si ya sé,  ¿puedes darme privacidad?,  por favor Baymax— Dijo enojado,  él menor mirando con desesperación al robot.

—De acuerdo,  perdón— Se aleja de la puerta y se va a la recámara.

/.../

Después de desayunar su madre,  ya tenía lista su mochila de viajé, cómo siempre ella se preocupaba que tenga todo,  por si algo pasará.

—Mamá,  ¿no crees qué son muchas cosas para un mes? — Dijo al cargar la mochila,  que estaba apuntó de reventar.

—Para nada,  uno nunca sabe que puede pasar— Lo decía con una sonrisa dulce.

Suspira el menor. —Bien,  y ¿segura qué puedes cuidar a Baymax? —.

—Hay,  claro no te preocupes Hiro,  Baymax será como mi ayudante en mi cafetería— Decía aún con su sonrisa.

—De acuerdo,  si necesitas algo sobre Baymax,  no dudes en llamarme,  ¿de acuerdo mamá? —.

—Si,  Hiro tú tranquilo,  Baymax está en muy buenas manos—.

—Okey,  te lo encargo mucho,  quisiera llevarmelo, pero ya sabes no quiero que me lo quiten en el aeropuerto— Dijo tocándose la nuca.

—Lose,  pero tranquilo ¿okey?, y quiero que te diviertas mucho en México, hay me traes un recuerdo de ahí—.

—Claro mamá — Escuchá,  que alguien toca la puerta.  —Bueno nos vemos,  cuidalo bien porfavor madre—.

—Si,  si,  tranquilo anda ya ve— Empujandolo hacía la puerta.  — Buena suerte,  que te valla bien Hiro—.

/.../

En el aeropuerto no pasa nada interesante,  bueno no le pareció a Hiro, dentro del avión,  los chicos estuvieran planeando a que lugares irían.

—Y si vamos primero a las pirámides donde hacían sacrificios humanos, para sus dioses— Dijo Tomago,  haciendo una simulación de un sacrificio.

El latido de mi corazón - [Higuel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora