c i n c o

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Ahora era Jisung el que se había quedado muy serio. Hace mucho que Taeyong, su padre, no lo veía tan serio.

-¿Te ha pasado algo en la escuela?-le preguntaba.

-Nada. Me peleé un poco con Chenle pero nada más.

Aunque Taeyong, adivino como casi todos los padres, sabía que había algo que a su pequeño Jisung le había partido el corazón.

No quiso preguntarle demasiado para no molestarlo y, cuando llegaron a la casa, vio cómo el niño se metía al cuarto de baño y se quedaba dentro durante más de media hora.

¿Qué hacía Jisung tanto tiempo en el baño? Pues había colocado un banquito delante del espejo y se había subido para verse bien.

Pero eso no le bastaba, quería verse la cara cerca, muy cerca, y se metió ahora dentro del lavatorio.

Es muy raro pelearse con un amigo, pero no con un amigo cualquiera, con el mejor.

Pero más raro aún es que tu mejor amigo te recuerde algo que a ti no te gusta recordar, algo que te pone triste, una de esas cosas que uno no piensa y parece que están muy lejos y que de pronto, cuando alguien te lo recuerda, te vuelven a doler como si acabaran de suceder.

Entre todos los insultos que se habían lanzado el uno al otro, a Chenle se le había escapado el insulto más feo de todos los insultos del mundo.

Después de que Jisung le dijera que ya no iba a ser su novio nunca más, Chenle le dijo que por él como si se regresaba a Corea y no volvía nunca.

Jisung lo recuerda, se acerca al espejo y de sus ojitos pequeños e inclinados caen algunas lágrimas.

Jisung casi nunca se acuerda de Corea. Ni siquiera el juguete que tiene en su cuarto, un juguete que sus papás le regalaron y que compraron en Corea antes de mudarse, le recuerda a ese país.

Tampoco se acuerda muy bien del día en que llegó a esta casa, a su casa. Sabe, porque se lo han contado sus padres, que no salió de la barriga de ninguno de los dos como todos los niños de su clase, sabe que no estuvo ahí desde el primer momento, pero nunca habla de eso, y los niños nunca se lo preguntan porque lo conocen desde que empezó a ir a clase.

Sólo cuando viene alguno nuevo y le dice: «¿Y tú por qué no eres chino? ¿Y por qué tienes dos papás?»

Sólo entonces Jisung contesta una respuesta que le enseñó su papá Youngho para estos casos: «Porque mis padres se quieren tanto y me quieren tanto a mí que hicieron un largo viaje para tenerme aquí con ellos.»

Quiéreme a mí » jichenWhere stories live. Discover now