I Choose You- Nick Clark

The Dog

El rato ha pasado y me encuentro recostada al lado del castaño. Desliza su mano por mi pierna y algo se mueve dentro de mí.

Aquello llamado sentimientos.

Solo puedo ver su mano en mi pierna. El solo mira hacia delante, pero un impulso que ha salido de la parte trasera de mi cabeza me ha hecho estirarme y besar el cuello de Nick.

Me avergüenzo de inmediato, y no comprendo por qué hice eso. Quiero quitar mis piernas pero algo me lo impide, tira tomado ambas y no quiere soltarlas.

-Qué vergüenza, yo....... ¡dios!-exclamo roja hasta las orejas- lo siento de verdad, no sé por qué lo eh hecho-

Sonríe de lado, y ladea su cabeza para verme mejor.

-No, no lo haces-

No comprendo por qué lo dice.

Pero puedo sentir que no mira mis ojos, su vista está más abajo; sobre mis labios.

Salto en mi lugar cuando Maddy sopla la pequeña vela. Parece desesperada al teléfono y me separo de su hijo.

Me muevo hacia Alicia contra la ventana, y trato de ocultar mi nerviosismo.

Pero hay algo que me deja helada, desconcertada y horrorizada.

Hay uno de ellos caminando en la acera de enfrente, hay una de esas cosas arrastrando sus pies hacia la casa de aquella pequeña niña.

Tapo mi boca y mis ojos se abren.

Se mueve lentamente, pero no le impide capturar a la pobre mujer. Siento sus gritos y llanto.

Ahogo un jadeo y Maddy corre a nosotras tapando la ventana con las cortinas.

-No vean eso, no lo hagan-

Retrocedo unos pasos y me agarro de la mesa de luz.

Todo se detiene.

Y solo pueden escucharse los agonizantes gritos.

Porque todo el mundo ha terminado.

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Mi mente parece ir y venir, parece perderse en un limbo interminable.

Sudor frio recorre mi espalda y tiemblo en silencio en un rincón de aquel mullido sofá.

La noche está a la deriva de más muertes, aquellas cosas se meten por la memoria en mi mente y cierro mis ojos llevando los gritos de aquella mujer a un lugar lejos.

Soy consciente que hablan a mí alrededor pero no me permito salir de mi estado de trance.

-Oye, mamá necesito más- susurra el chico a un costado.

-Ni de broma, más tarde- la voz de su madre me hace pegar un salto.

El lugar sigue igual.

Alicia está en la ventana visualizando hacia fuera.

Nick, tomando su medicación.

Madison, a la deriva esperando por Travis.

Y yo, yo estoy cayendo en un abismo más y más profundo.

Tal vez las horas pasan, se detienen, o tan solo dejaron de existir. La manta que cumbre mi cuerpo también lo hace con Nick, trato de evitar su mirada a toda costa. Madison revuelve entre los cajones y estante buscando. Cuando parece encontrar algo al fondo de uno de los tantos muebles de la casa sonríe y se sienta en el sofá de enfrente.